La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas reveló que en 2024 murieron al menos 8.938 migrantes en distintas rutas del mundo, la cifra más alta registrada desde el inicio de los reportes en 2014. La ONU advierte que el número real podría ser mayor, ya que muchas muertes no son documentadas.
El informe muestra un aumento del 2,1 % respecto a 2023, cuando se registraron 8.747 fallecimientos, marcando el cuarto año consecutivo de incremento. La OIM calificó esta situación como una «tragedia inaceptable que se puede evitar».
Por primera vez desde 2019, la ruta del Mediterráneo dejó de ser la más letal, con 2.452 muertes, mientras que las rutas de Asia, con 2.778 fallecidos, fueron las más peligrosas, destacando el flujo de afganos hacia Irán como uno de los más mortales.