En un operativo realizado en la madrugada del jueves 13 de marzo, las autoridades colombianas, en coordinación con la Administración de Control de Drogas (DEA), ejecutaron la extradición de José Ramiro Cárdenas Iguarán, alias ‘El Titi Iguarán’, junto a otros seis detenidos, desde la cárcel La Picota de Bogotá hacia Estados Unidos.
La extradición de estos siete individuos se llevó a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, con la participación de agentes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y funcionarios de la DEA, quienes escoltaron a los extraditados hasta la aeronave que los trasladó a territorio estadounidense. Entre los demás extraditados se encuentran Milton Orlando Ríos Silva, Jair Alberto Álvarez Valenzuela, Heymer Angulo Mosquera, Jordao Tejedor Silva, Rosbin Leonardo Duarte y Luis Carlos Díaz Martínez.
Un capo con influencia y poder en La Guajira
Alias ‘Titi Iguarán’ fue capturado en julio de 2021 en Valledupar tras un operativo conjunto entre la Policía Nacional y la DEA, que durante más de tres años realizó un seguimiento detallado de sus actividades delictivas. Su captura representó un golpe significativo contra el narcotráfico en el Caribe colombiano, ya que era considerado el mayor capo de La Guajira y el Cesar.
Lideraba el Clan Iguarán, una organización que se dedicaba al tráfico de grandes cantidades de clorhidrato de cocaína. Se estima que el grupo producía hasta cuatro toneladas mensuales de la droga, transportándola desde la región del Catatumbo hasta la alta Guajira. Desde allí, era enviada en lanchas rápidas y barcos pesqueros hacia Centroamérica, Puerto Rico y República Dominicana, con destino final en Estados Unidos y Europa.
Su red de operaciones contaba con el respaldo de grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los Pachencas y el Clan del Golfo, quienes le brindaban protección en sus actividades ilícitas. Además del tráfico de drogas, su organización manejaba oficinas de cobro que utilizaban amenazas y violencia para garantizar el cumplimiento de los envíos y pagos de cargamentos.
Para el lavado de dinero, ‘Titi Iguarán’ utilizaba diversas empresas fachada, incluyendo supermercados, droguerías y oficinas de préstamos. Según estimaciones de las autoridades, sus bienes, entre los que se encuentran fincas, apartamentos, hoteles, vehículos y embarcaciones, superan los 400.000 millones de pesos.
Privilegios en prisión y corrupción en el sistema carcelario
Durante su reclusión en La Picota, ‘Titi Iguarán’ no perdió su influencia ni su estilo de vida lujoso. Según investigaciones de la Revista Semana, en su celda se organizaban grandes fiestas, con licor y música, lo que puso en evidencia la corrupción dentro del sistema penitenciario colombiano.
Uno de los aspectos más escandalosos fue la existencia de un «restaurante VIP» dentro del pabellón de alta seguridad, donde los reclusos de alto perfil tenían acceso a un menú gourmet que incluía langosta, salmón, hamburguesas de marcas reconocidas, vino y carne de mico. Estos privilegios fueron descubiertos y desmantelados por el Grupo de Operaciones Especiales (GROPE) del Inpec, una unidad creada para combatir la corrupción dentro de las cárceles del país.
Además de su poder en el narcotráfico, la influencia de ‘Titi Iguarán’ se extendía al mundo de la música y la política local. De acuerdo con medios nacionales, su nombre era mencionado en canciones de artistas vallenatos, y se le atribuye haber financiado campañas políticas en el Cesar y La Guajira durante las elecciones de 2018.
Un golpe a su organización y un mensaje contra el crimen organizado
La extradición de ‘Titi Iguarán’ y sus cómplices representa un golpe importante contra las estructuras criminales que operan en la región Caribe. Con su envío a Estados Unidos, las autoridades buscan desarticular su organización y sentar un precedente en la lucha contra el narcotráfico.
Mientras se espera su juicio en territorio estadounidense, este caso pone en evidencia los retos que enfrenta Colombia en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción dentro del sistema penitenciario, factores que han permitido que capos como ‘Titi Iguarán’ continúen operando incluso desde la cárcel.