El Club de Pesca de Cartagena rompió su silencio tras la polémica intervención a la que sometió a un tramo de las murallas de Cartagena, la parte del fuerte de San Sebastián de Pastelillo. El negocio encargado de administrar el lugar dijo que fue un “error” por parte del contratista del trabajo.
El Club de Pesca explicó que primero aplicaron una capa de cal y otra de pintura por doce horas. Luego venía una tercera capa con pintura amarilla.
“Nosotros tenemos un plan de mantenimiento del Club de Pesca y en su momento cuando se hizo la restauración quedó inmerso un plan de mantenimiento, por consiguiente no gestionamos permisos ya que nuestro interés era mejorar el entorno. Compramos los materiales y enviamos al contratista el informe técnico del arquitecto Alberto Samudio”, Ileana Stevenson, gerente del club al diario El Universal.
Tras lo sucedido, la obra de renovación de la fachada del fuerte de San Sebastián de Pastelillo fue sellada por la Policía porque no contaba con ningún permiso, ni del Ministerio de Cultura, ni de la Alcaldía de Cartagena.
Además funcionarios de la Secretaría del Interior y Convivencia Ciudadano, y del Instituto para el Patrimonio Cultural de Cartagena llegaron hasta el fuerte colonial para evaluar los daños causados a la muralla por los trabajos de pintura.
Por su parte el Ministerio de Cultura le hizo un fuerte llamado de atención al negocio que administra el fuerte. “El Club de Pesca, por ningún motivo, podrá efectuar reformas arquitectónicas que puedan variar el estilo original de la fortaleza y, en caso de obras que tiendan a proporcionar comodidades internas deberá siempre consultar. Las visitas al fuerte del Pastelillo serán libres y el Club de Pesca procurará que eso se cumpla con toda facilidad”, dijo el Ministerio.