Colombia recibió este 27 de noviembre la triste noticia de la muerte de Leonor González Mina, ‘La Negra Grande de Colombia’, compositora de canciones icónicas del folclor nacional que la inmortalizaron en el país y el mundo.
Leonor estaba viviendo en un hogar geriátrico en Pance, desde hace dos años, lugar donde se produjo su muerte, a las 11:00 a.m. de hoy. «Esta mañana, se levantó, se bañó, charló con sus cuidadores y se volvió a acostar. Ahí murió, muy tranquila y sin dolor, como ella se lo merecía», informó su mánager y corista María del Socorro Vallejo.
Leonor y el arte siempre fueron de la mano desde que ella era muy niña. Nació el 16 de junio de 1934 en la vereda Robles, en Jamundí, Valle del Cauca, departamento del que a los 18 años de edad salió para emprender su aventura musical, teniendo la fortuna de debutar unos meses después como bailarina en París junto a Delia Zapata Olivella y su hermano Manuel Zapata Olivella.
La apoteósica presentación en París de Leonor fue el trampolín para que pudiese destacar en otros escenarios internacionales como China, Alemania y otros países de Europa, así como en el continente americano y varias regiones de Colombia.
Posteriormente, en Colombia le dio rienda suelta a sus dotes musicales. Al regresar grabó su primer álbum de estudio de larga duración, titulado ‘Cantos de mi tierra y de mi raza’, que sería el primero de más de treinta discos. Entre esta amplia discografía se destaca ‘Campesino de Ciudad’, el cual interpretó en su totalidad en el Festival OTI de 1975.
‘Cantos de mi tierra’ fue la piedra angular de su gran éxito dejando canciones memorables para la cultura colombiana como ‘Mi Buenaventura’, ‘El alegre pescador’, ‘Mi cafetal’ y ‘Yo me llamo Cumbia’, una composición que evoca la riqueza sonora de la cumbia tradicional y el orgullo nacional.
El reconocimiento cultural y social que ganó por medio del arte y la música le valieron para dar el salto al plano actoral, gracias a una serie del canal regional de televisión Telepacífico, donde interpretó el papel de su abuela, además de otras producciones.
También incursionó en la política. En 1998 fue elegida a la Cámara de Representantes por Bogotá, con el partido Liberal. En el 2006 también aspiró a una curul, pero no logró ser elegida.
Los últimos años de su vida los dedicó a varias labores sociales en el Valle del Cauca, pues siempre fue una persona que defendió el hecho de no olvidar sus raíces familiares.