El representante a la Cámara por el Atlántico, César Lorduy, fue uno de los que lamentó que la Corte Constitucional hubiese tumbado la ley que imponía la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños.
De momento, el congresista conoce que la Corte anuló la ley por considera que instauraba una pena muy larga, y que vulneraba la dignidad de las personas encarceladas por dichos crímenes. Además el alto tribunal alega que la cadena perpetua no garantiza la seguridad de los niños y niñas.
“Desafortunadamente se está privilegiando al criminal, se está privilegiando al autor de las violaciones, y muchas veces de los homicidas que acaban con la vida de los niños y niñas. Hay que agregar que esta no es una norma hecha para proteger la seguridad de los niños, sino para castigar a los criminales, y no podemos partir de la base que por una u otra razón las personas que terminen en prisión tienen que ser en concordancia con la constitución, desconociendo un derecho prevalente que tienen los niños y niñas a ser protegidos”, dijo el representante Lorduy en diálogo con Sistema Cardenal 1010 AM Barranquilla.
El dirigente político recordó que más de 120 mil niños son víctimas de violencia sexual cada año en Colombia, y además cree que las Corte se contradice con el argumento de que la norma de cadena perpetua es inconstitucional, cuando la carta magna consagra en sus artículos 42 y 44 que los derechos de los niños son prevalentes.
“Todo el sustento que presentan para no castigar a esos criminales de manera ejemplar, como lo presentan muchísimos países del mundo, es que efectivamente ellos tienen derecho a una dignidad humana ¿Y la dignidad humana de los niños dónde está? ¿Y la dignidad de las familias que ven con dolor que se ha cometido un daño contra sus hijos?, que además a juicio de los psiquiatras los daños que se comenten son daños irreparables”, dijo Lorduy.
El representante expresó que el proyecto de cadena perpetua que él apoyó en el Congreso buscaba que los violadores tuvieran una pena ejemplar que corresponda a la gravedad del daño hecho a los niños.