Un día cualquiera, el ‘Pachá’ acudió donde el odontólogo, quien, al examinarle la dentadura, se percató que tenía una peladura en la lengua, la cual presentaba un abultamiento de cierta característica que el especialista recomendó, con carácter urgente, que se tomara una muestra para ser analizada por el patólogo.
—Lo que usted me ve, ¿es grave? —Interrogó ‘Pachá’
—No me gusta ese bulto que tienes en la lengua, en especial los colores que rodean el tejido. Es mejor esperar los resultados de patología.
Como el odontólogo no quiso especular sobre la lesión de su paciente, este se despidió y fue a un laboratorio clínico que le recomendaron para tomar la muestra. La bacterióloga le raspó parte de la lengua donde tenía la hinchazón, y una vez que terminaron, le informaron que volviera en 8 días por los resultados.
El ‘Pachá’ volvió al laboratorio a reclamar los resultados de la biopsia, pero, por error de la secretaria, le entregaron los resultados de un paciente de 95 años, que padecía de próstata, diabetes, riñones, pulmones y corazón. Él se marchó para su casa y al abrir el sobre, empezó a leer, pero no comprendió la lectura y llamó a su cuñada, la ‘Nena’ Araújo, para informarle que le dejaba el resultado para que lo leyera y le explicara.
La ‘Nena’ Araújo se presentó a donde vivía el ‘Pachá’, entró a la habitación y leyó el documento varias veces muy preocupada y de inmediato llamó a su hermano ‘Fello’.
—Estoy muy preocupada, acabo de leer los resultados de patología de Hugues y tiene un “sarcoma’ en la lengua.
—¿Qué es eso?, respondió Fello.
—Es un tumor maligno que hace metástasis muy rápido.
—Se más clara. Habla pelao’ y raspao’.
—En otras palabras, tiene un cáncer del hijueputa en la lengua, que tendrán que cortársela y lo más probable es que se muera en cualquier momento —explicó la ‘Nena’ a su hermano que ignoraba la gravedad.
‘Fello’, muy alterado por la noticia, convocó a su oficina a sus hermanos Hernán, la ‘Nena’ y ‘Chava’, la esposa del ‘Pachá’, para tratar el grave problema que tenían que afrontar. ‘Fello’ tomó la palabra y exclamó:
—‘Chava’, tienes que prepararte ante un eventual fallecimiento de Hugues.
—¡Cómo así! —Contestó ‘Chava’ muy sorprendida.
—Tiene sarcoma en la lengua, es decir, un cáncer muy agresivo que lo conduce a la muerte.
‘Chava’, ante la fatal noticia, se puso a gritar unos extraños alaridos, como si estuviera en esos momentos poseída por los monitos y empezó el calvario para ‘Chava’, ante el interrogatorio de sus hermanos: ¿Él tiene seguro de vida?, ¿Cuánto debe en el colegio de Leda?, ¿Tiene deudas de dominó?, ¿Tiene plata en los bancos?, ¿dejó hijos en la calle?, Y cien preguntas más que la pobre ‘Chava’ quedó extenuada.
La ‘Nena’, de inmediato llamó a Hugues que en esos momentos viajaba de Valledupar, a El Copey. Le dijo que tenía sarcoma en la lengua. Hugues viajaba en un bus de Costa Line con el médico Jaime Barros, que iba para Barranquilla. A la Altura de Camperucho, el ‘Pachá’ le comentó a Jaime:
—Doctor: Yo tengo un amigo que tiene un bulto en la lengua. Le hicieron biopsia a la muestra y el resultado fue sarcoma. ¿Eso qué significa?
—¡Que tu amigo tiene el golero en el hombro! —señaló el galeno— Se muere en cualquier momento. Ante dicha respuesta mortífera, Hugues se puso pálido, cerró los ojos y se imaginó el siguiente cuadro: “Él metido en el ataúd, veía que se acercaban a verlo. Mientras meditaba, el bus llegaba a Bosconia y Hugues decidió bajarse, compró una botella de wiski y se montó en otro bus rumbo a Valledupar, y comenzó a beber la última botella de su vida, porque escasamente le quedaban horas en este mundo y tenía que despedirse de su amigo Parr. Hugues llegó piao a su casa y se acostó. Nadie le dijo nada.
Al otro día, don Alfredo lo trató con mucho cariño, le dieron de desayuno hígado encebollado con arepa, jugo de naranja, queso biche y recibió un trato excelente de todos.
Él se imaginaba que eso lo hacía porque pronto se iba a morir y ya iban a descansar de él.
Mientras el ‘Pachá’ escuchaba música de guitarra que le puso su suegro para consentirlo y le echaba chistes, la ‘Nena’ se dirigió al laboratorio donde había estado Hugues y allá le aclararon que el resultado que le habían dado a su cuñado, correspondía a otro señor y le entregaron el verdadero.
La ‘Nena’ leyó el resultado y se dio cuenta que salió favorable y enseguida llamó a don Alfredo y le comunicó la noticia, quien de inmediato apagó la música y le dijo a su yerno, con vehemencia: “oiga, ¡gran flojazo!, vaya a trabajar que usted no tiene ningún cáncer”.