En su artículo ‘Sara Montiel era nuestra’, el crítico de cine Claudio M. Prado afirmaba, el día de la muerte de la actriz: “… Las habrá con más premios, con mejor voz o mucho más guapas, pero ninguna podrá ya alcanzar el estatus de estrella total que alcanzó María Antonia (Sara Montiel)… porque ella ha sido mucho, desde la primera actriz española en Hollywood a supuesta amante del Nobel Severo Ochoa, pasando por cupletera de lujo, cantante de voz grave que en palabras besaba tan bien como fumaba, diosa del destape sin enseñar nada, cocinera de Marlon Brando, confidente de James Dean, compañera de Gary Cooper; artistas de las que pliegan al público a su gusto y no al revés, Antoñita la fantástica… pero sobre todo, nuestra. Y esto no lo podemos decir de cualquiera”.
El nombre verdadero de Sarita Montiel era María Antonia Alejandra Vicenta Elpidia Isadora Abad Fernández. Esta cadena de nombres al final se redujo al simple Sara Montiel. Razones había, pues cerca de su pueblo natal están los Campos de Montiel, tantas veces mencionados por Cervantes. Además, su bisabuela se llamaba Sara María.
La actriz nació el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana, un pueblo español que actualmente no tiene más de 13.000 habitantes. Era hija de campesinos y vivió su niñez en extrema pobreza. En alguna ocasión contó que para sobrevivir, su hermana y ella tuvieron que comer raíces y robar en las huertas. Fue descubierta para el cine por el director de la revista ‘Triunfo’, José Ángel Ezcurra.
Mientras estuvo en Madrid, Sara Montiel no aprendió a leer. Los papeles para sus películas se los aprendía de memoria a medida que se los iban leyendo. Así actuó en ‘Empezó la boda’ (1944), ‘Te quiero para mí’, ‘Bambú’, ‘Don Quijote de la Mancha’, ‘Locura de amor’ (1948) y ‘Pequeñeces’ (1950). Pero ya cantaba, y esa era una de sus cualidades. Se marchó a México, donde intervino en una serie de películas exitosas, entre ellas ‘Cárcel de mujeres’ (1951) y ‘Piel canela’ (1953). Estuvo compartiendo roles con Dolores del Río, María Félix y otras actrices. En 1957 filmó, al lado de Gary Cooper y Burt Lancaster, la película ‘Veracruz’. Intervino en ‘Yuma’ (1957). Bajo la dirección de Anthony Mann, con quien se casó, filmó en 1956, ‘Dos pasiones y un amor’. Entre sus inolvidables canciones están ‘Fumando espero’, ‘Bésame mucho’, ‘La violetera’, ‘Quizás, quizás, quizás’ y ‘La bien paga’.
Era de cuerpo armonioso, mirada insinuante y busto provocador. Su estampa de mujer libre en el amor la hizo famosa. El público la convirtió en una de las máximas estrellas de los años cincuenta y sesenta. Contribuyó a esa distinción su actuación en ‘El último cuplé’ (1957).
Sarita Montiel se dio el lujo de imponer y de expulsar directores; así sucedió en la filmación de las películas ‘Tuset Street’ (1968), ‘Esa mujer’ (1969) y ‘Varietés’ (1971). Sin embargo, la estrella de la actriz comenzó a declinar más o menos en 1974, con el fracaso de la película ‘Cinco almohadas para una noche’. Durante su carrera artística recibió numerosos premios, entre ellos la Medalla de Oro de la Academia de Cine, el Águila de Oro, de Hollywood, y la Orden de las Artes y la Letras Francesas, en 1982.
El famoso director de cine Pedro Almodóvar le propuso un papel para una de sus películas y Sara Montiel lo rechazó. Ya no era la misma. Sin embargo, se sentía satisfecha al recordar la pobreza de su niñez y saber que había logrado ‘ser alguien en la vida’, como siempre lo había deseado. Sarita Montiel se casó cuatro veces. Con su esposo José Taus, adoptó a Thais y Zeus.
La diva española era consciente de su belleza y del interés que despertaba en los hombres. Son frases suyas: “Nací pobre, pero increíblemente bella”. “Yo no quiero decir que fuera súper, súper, súper, pero un poco súper sí que era”. “Sabré marcharme cuando me dé cuenta de que la gente empieza a cansarse del mito”. Sarita Montiel hizo que los turistas de todo el mundo buscaran en el mapa de España el pueblo Campo de Criptana, donde ella pasó su niñez y su adolescencia. Una calle en Madrid lleva el nombre de la cupletista, la amada ‘Saritísima’ para sus amigos. En el 2012, cuando por última vez estuvo en Mallorca, dijo: “Llevo a Mallorca dentro de mí”. Había residido allí por más de treinta años. Falleció el 8 de abril de 2013.