Hoy cuando vemos y escuchamos crisis entre naciones tan poderosas como los países miembros de la Otán contra un país tan poderoso militarmente como Rusia, cuando escuchamos voces de guerras entre Irán e Israel y no muy lejos de nosotros de conflictos fronterizos entre Colombia con Venezuela; nos preguntamos ¿qué le dejan esos conflictos o de pronto esas guerras al pueblo? repasemos la historia.
Si analizamos la historia de guerras, los resultados son los mismos; a los pueblos solo les quedan sepultar a sus muertos, padres enterrando a sus hijos que van como guerreros a la defensa de la patria; a los padres, mayores impuestos para financiar la guerra y ellos viviendo cada día más en la miseria mental y social y qué decir del estrés del cada día al estar su hijo en el campo de batalla y éstos, los que vuelven, viven el resto de sus vidas la mayoría traumatizados y pobres; pero eso sí las élites que declaran las guerras y que se alzan ganadoras; ganan todo, hasta la historia, los héroes son ellas y aquellos que estuvieron en esas horribles pesadillas que es una batalla son solo héroes de sus padres y hermanos y cuando ellos mueren desaparecen.
Y si uno hace un verdadero análisis de lo que es nación, nos damos cuenta que en realidad solo son intereses de una persona o rey, de una élite global, etc.; pero si escarbamos un poco más profundo, nos damos cuenta que solo existe una nación en verdad, que siempre ha existido antes de que esto fuera mundo; que las naciones como las creemos, no existen, pero algo sí verdaderamente existen dos fuerzas espirituales enfrentadas: la verdad y la mentira, la fuerza del bien y el mal; el bien tiene nación y el mal la quiere usurpar; el bien como la verdad es luz, todo lo alumbra; la mentira como el mal es oscuridad, todo lo esconde; sean gobernantes, pueblos esas dos fuerzas nos gobiernan; lo único que lo hace diferente es la verdad y el espíritu que habita en el cuerpo que depende de la formación y el nivel espiritual en que se encuentren alimentado de la verdad o la mentira; la muerte o la vida depende de ese conocimiento.
Por eso dijo Jesucristo: “la verdad os hará libres”; también dijo algo importante de que “era la vida eterna”; que te conozcan a ti Padre Celestial y a tu hijo nuestro Señor Jesucristo, pero en verdad y en espíritu; no en religiones; sino en verdad y en espíritu; por eso dijo también “yo soy el camino, la verdad y la vida”; solo se llega al padre es por él; el verdadero conocimiento es el que lleva a él, a la vida, a la verdad; para que no sigamos más en el mundo de Herodes, de las salomés, que es las que proliferan en este mundo y tampoco más zelotes; con el verdadero conocimiento que proliferen muchos Mateos, muchos Simón el zelote, muchas María Magdalena. Dios lo bendiga.