En anteriores debates electorales, por muchas excusas, los guajiros no votaron por los candidatos al Senado nacidos, criados y con residencia en el Departamento, porque no había otras opciones. Por eso se han fugado más de 180 mil votos en campañas anteriores que han fortalecido a senadores foráneos que al final se han convertido en los principales enemigos de los guajiros, todo esto bajo la premisa que ellos “pagaron por el voto”. Para las elecciones del 11 de marzo de 2018, existen varios precandidatos, algunos con una aureola escandalosa y otros con menores ribetes que pueden ser superables, pero por lo menos podemos tener varias opciones que nos permite escoger al mejor
La lista de las precandidaturas al Senado la integran Jaime Luis Lacouture, de Villanueva; Fernando Gómez Bacci, de Barrancas; Luis De la Hoz, barranquillero que ha hecho un trabajo comunitario a favor de la niñez guajira; Álvaro Iguarán Uriana de Maicao; Hilduara Barliza, de Riohacha; y ‘Tata’ Almazo de Uribia, faltando por definir el médico Stevenson Marulanda Plata de Fonseca. De allí es posible que queden dos o tres candidatos al Senado y que esos aspirantes de La Guajira requieren del acompañamiento de las 511 mil personas habilitadas para votar el próximo 11 de marzo.
Si los guajiros votáramos por los guajiros, nosotros tenemos como elegir hasta tres senadores para que no nos pisoteen en las esferas políticas de Bogotá. Ojalá esos 180 mil votos que tradicionalmente se han fugado de La Guajira con los senadores foráneos se quedaran aquí mismos, simplemente porque estamos seguros que un ‘cachaco’ no vota por un guajiro, entonces por qué un guajiro sí vota por un ‘cachaco’; estamos seguro que un barranquillero no vota por un guajiro, pero entonces por qué un guajiro sí vota por un barranquillero. La verdad no entiendo ese trabalenguas de la política en mi amado y querido Departamento.
Hoy no es excusa que no hay candidatos. De 6 nombres que tramitaron la preinscripción para aspirar oficialmente, es posible que lleguen a quedar dos o tres de ellos; uno que saquemos nos debemos dar por bien servidos, pero se hace necesario que los guajiros depongan de los odios, dejemos a un lado el canibalismo y llevemos al Senado a un guajiro porque en los demás departamentos cada quien defiende los suyo. ¿Y por qué los guajiros no defienden los suyo? Es lo que siempre los políticos foráneos se preguntan. Es hora de darles la oportunidad a los guajiros que quieren engrosar las listas de los partidos y movimientos tradicionales para convertirse en senadores. Demos la oportunidad y si no funciona el senador elegido, esa persona suele venir de nuevo a buscar el respaldo popular, entonces le podemos hacer pistola.