Es ilógico que un grupo de ciudadanos, por demás numeroso, defienda un régimen que tiene a los venezolanos sumidos en una de las peores crisis vividas en América Latina.
No advierten que la escasez de alimentos ha provocado la muerte de niños por inanición, que no existe seguridad social en salud ni educación, fallas en la prestación de servicios públicos, entre otras deficiencias de un sistema que colapsó y fracasó.
Las condiciones para dar la estocada al absolutismo de Nicolás Maduro se dieron el pasado martes con la insurrección de unos militares que respaldaron al presidente interino Juan Guaidó, logrando la liberación de Leopoldo López e ilusionando al pueblo y la comunidad internacional, que desea que regrese la democracia, con la caída del régimen.
Los actos sorpresivos de la oposición en horas de la madrugada dejaron sin reacción al gobierno y sus defensores, sin embargo el apoyo militar no fue el esperado, dando la posibilidad de reacción al mando castrense fiel a la dictadura que conjuró el movimiento que a primeras horas del día se avizoraba como el que iba a sacar a Maduro del Palacio de Miraflores. Aunque la llamada ‘Operación Libertad’ no produjo su salida, tampoco fue un fracaso, como se ha escuchado en ciertas esferas, le dio un nuevo aire a la oposición y tocó las filas de las Fuerzas Armadas para motivar mayores deserciones. Es otro episodio en un conjunto de esfuerzos para que Venezuela termine con el oprobio y comience su reconstrucción.
Lo incomprensible es el masivo respaldo de un sector de la ciudadanía a las políticas impositivas del chavismo, es como besar la mano del castigador. Los subsidios otorgados por el gobierno, mientras desangraba las finanzas estatales, justificaban en su momento la popularidad del régimen, contrario a lo que sucede en la actualidad que se hizo evidente la corrupción y las violaciones de los derechos humanos. Podría atribuirse a las promesas de bonos y beneficios económicos, chantajes, amenazas, a la desinformación por el bombardeo de publicidad engañosa, teniendo en cuenta que los medios de comunicación que están autorizados para hacer publicaciones son afectos a la dictadura.
La única manera posible es consiguiendo el compromiso de los militares, que no se ha dado en gran medida por el temor a las represalias, para ellos y sus familias. De acuerdo con testimonios de víctimas, los desertores son sometidos a torturas practicadas por cubanos que hacen parte de las filas venezolanas, no es un secreto la presencia de oficiales cubanos en Caracas que le hablan al oído al gobierno.
El regreso de Leopoldo López al escenario público puede ser una inyección importante para la oposición. Es una figura identificada por la lucha contra el chavismo mucho más reconocida que Guaidó, quien llegó a la presidencia de la Asamblea Nacional de manera precipitada. Pero el objetivo no podrá consolidarse si no hay un levantamiento de los militares en apoyo a la búsqueda de unas elecciones democráticas en Venezuela.