Nuevamente se hace un llamado a la unidad a todos los sectores de La Guajira para seguir recuperando la institucionalidad trastocada por todas las situaciones legales que están viviendo varios exgobernadores y el actual gobernador elegido popularmente, quienes están privados de la libertad por irregularidades en contratación y delitos electorales.
En esta oportunidad el llamado nace del nombramiento de la nueva gobernadora encargada, Tania Buitrago González, quien coincide en esa apreciación con el gobernador saliente, Weildler Guerra Curvelo, quien generó un alto nivel de confianza en el Gobierno nacional, lo que le permitió avanzar en la consecución de recursos para proyectos de envergadura que deben retomarse por la actual administración para impulsar el desarrollo social y económico.
La mandataria reiteró la necesidad urgente que todos los sectores de la sociedad guajira entiendan que solo unidos, desprovistos de las mezquindades y las envidias, se podrá avanzar en la solución a los múltiples problemas que siguen aquejando al ciudadano común y corriente.
Si algo se debe rescatar de la administración del antropólogo Weildler Guerra fue la disposición que mostró para trabajar de la mano con los 15 alcaldes y los diputados, con quienes hizo causa común para sacar adelante varios proyectos que fueron aprobados en los Ocad Regional y Departamental.
Ese mensaje claro de unidad es al que también hace apelación la nueva gobernadora, quien requiere que todos los buenos hijos de La Guajira la rodeen en este nuevo reto profesional que asume, para que pueda trabajar con tranquilidad, sin afanes, porque también llega al cargo de manera circunstancial y temporal.
Es claro que la mandataria responde a unos intereses políticos, de quienes llevaron a Wilmer González Brito a la Gobernación de La Guajira, por eso su responsabilidad es mayor y requiere de ella toda la ponderación posible para trabajar apegada a la ley, pero especialmente para entender que se debe a toda una población que sigue esperanzada en una mejor calidad de vida.
Es una nueva administración, un nuevo estilo de gobernar, en manos de una mujer, esposa y madre, con una alta experiencia administrativa y con un objetivo claro de su paso por el Palacio de La Marina, como es construir sobre lo construido, para aprovechar el tiempo de la mejor manera posible en respuesta a los intereses de la comunidad, que sigue esperanzada en gozar de una Guajira pujante, donde se le da paso a nuevos proyectos sociales que ayudarán a dinamizar la economía tan lesionada en estos últimos años.
Bienvenida, gobernadora. Asume un nuevo reto en su vida profesional, pero especialmente de una oportunidad para trabajar en beneficio de la tierra que la vio nacer, La Guajira, un Departamento que debe salir de la crisis que la agobia para empezar a gozar de una nueva etapa de progreso social y económico.