Cuando nos encontramos a mes y medio de terminar el 2017, se requiere que el Gobierno nacional entregue cuentas a los guajiros de la gestión desarrollada por las administradoras temporales en los sectores de salud, educación y agua potable.
Así como los gobernadores y alcaldes deben rendir cuentas a sus electores de la gestión de gobierno desarrollada durante el año, corresponde también que estas tres funcionarias le digan a los guajiros los alcances de la famosa intervención que definió el Gobierno de Juan Manuel Santos, aduciendo la crisis institucional que se agudizó al ser privado de la libertad el gobernador elegido popularmente, Wilmer González Brito, por delitos electorales, y del alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez, acusado de irregularidades en el Programa de Alimentación Escolar.
Para el ciudadano del común y corriente, los avances en los sectores intervenidos no se reflejan en la prestación de unos servicios de calidad y oportunos, porque se siguen enfrentando a serias dificultades con perjuicios para la población vulnerable.
La situación es compleja, porque la intervención no permite ninguna injerencia de parte del gobernador encargado ni de los alcaldes, quienes terminan como convidados de piedras y señalados por una comunidad que entiende que son ellos los que deben solucionar los problemas.
Así las cosas, es urgente y conveniente que las administradoras temporales brinden un informe detallado de los logros, para determinar si realmente valió la pena la alta inversión del traslado de un grupo de funcionarios de Bogotá a La Guajira.
Además para realmente tener claridad si para el próximo año, la experiencia se reflejará en unos servicios oportunos y eficientes, porque este año por ejemplo, en el caso de educación no se cumplió a cabalidad con la contratación de los servicios de transporte y alimentación.
En salud, la situación no mejoró. Los niños siguieron muriendo por desnutrición, aumentaron las cifras de decesos de menores de cinco años por Infecciones Respiratorias Agudas –IRA– y Enfermedades Diarreicas Agudas –EDA–, se siguen registrando casos de infantes con desnutrición aguda, muertes perinatales y neonatales tardías, casos de morbilidad materna, además del aumento de casos de suicidios.
En agua, se sigue trabajando en el famoso plan departamental con recursos del crédito con el Banco Mundial por 90 millones de dólares, en donde aún faltan obras por ejecutar, como la laguna de oxidación para la ciudad de Riohacha.
Hay mucho por trabajar en educación, salud y agua, y si el Gobierno nacional tiene el control de esos sectores, le corresponde el deber de mejorar esos servicios para el 2018, para una población que solo reclama un mejor vivir.