La huelga de hambre es un instrumento de protesta que se ha apropiado en la lucha social no violenta, en donde sus participantes renuncian y pactan de manera abierta la abstinencia total de alimentos para vindicar derechos e incidir en cambios drásticos de las políticas públicas.
Las huelgas de hambre son muy comunes en los regímenes autoritarios, en donde la fuerza y el poder se anteponen a la persuasión y al diálogo entre iguales. Esta forma de lucha se caracteriza por ser voluntaria, drástica, extrema y bajo convicciones, ya que el no consumo de alimento puede conducir a daños irreparables al organismo y a la pérdida progresiva de la vida.
Sus primeros efectos se manifiestan a los 9 días, cuando comienza la pérdida de nutrientes irremplazables, que se hacen visibles en el cambio de la coloración de la piel y la pérdida del cabello. A los quince días, la debilidad se toma el organismo y las defensas bajan de manera sustantiva, lo que se muestra con la pérdida de masa muscular.
Cuarenta días es la máxima tolerancia que tiene el cuerpo en condiciones de negación de ingesta. En ese punto, el riesgo de muerte es alta. Por ello, las huelgas de hambre simbolizan la lucha social pacifista, el padecimiento del pueblo, y el silencio, mostrando la dimensión de la injusticia en los cuerpos de quienes en ella participan.
En Riohacha un grupo de nueve jóvenes de diversas partes del territorio guajiro con una inconformidad en común, al momento de escribir este documento completan 19 días de huelga de hambre en el parque Simón Bolívar de Riohacha y se contabilizaban 2 jóvenes que han sido trasladados a centro hospitalario por su precario estado de salud frente a la prolongada inanición que ha pasado factura a sus debilitados cuerpos.
Ellos se agrupan bajo el nombre del Movimiento Juvenil Diverso de La Guajira y están dispuestos a luchar por la dignidad de los hijos de esta tierra. La continuidad de la huelga está evidenciando la marginalidad del Departamento dentro de la conformación de la nación y que al Gobierno nacional no le interesa el diálogo regional como instrumento de gobernanza.
Como jóvenes participantes del estallido social que generó el paro nacional, afirman: “En 56 años de vida política de nuestro territorio, han sido testigos de múltiples crisis que han puesto a prueba nuestra valía y resistencia ante las adversidades, pero sin duda alguna, la crisis actual no tiene precedente, por las condiciones que atentan contra la vida misma de muchos guajiros y guajiras”.
En su declaratoria de huelga, señalan que “Han pasado más de cuatro años desde que la Corte Constitucional declaró el estado de cosas inconstitucional con el propósito de proteger los derechos fundamentales de niños y niñas del pueblo wayuú, y hasta la fecha ni siquiera se ha comenzado el proceso de socialización y preconsulta. Durante todo este tiempo solo han existido maniobras para extender y dilatar el cumplimiento de la Sentencia T-302, y mientras, cada minuto que pasa está en riesgo la vida de niños y niñas producto del hambre y la sed en cientos de comunidades indígenas”.
Son muy precisos en indicar, que nos hemos acostumbrado a los múltiples anuncios y desfiles interminables de funcionarios que prometen solucionar definitivamente la problemática de acceso al agua potable en las zonas rurales, urbanas y territorios dispersos. Pero la realidad contrasta con sus promesas y sus datos estadísticos, pues miles de familias siguen sin poder tomar un vaso de agua potable al día. Luego de 30 años esperando el desarrollo económico extractivo, que solo enriqueció a los extranjeros dueños del negocio, hoy, de la misma manera como se nos vendió la noción de progreso y desarrollo con las economías extractivas del gas y del carbón, se pone en marcha la producción de las economías alternativas y renovables, sin que exista una política clara que establezca y garantice un impacto en la calidad de vida de las comunidades. Mientras tanto, el Estado nación anuncia la construcción de importantes obras viales que, coincidencialmente, favorecerán el acceso de las multinacionales al territorio, y los campesinos y agricultores siguen esperando por más de 50 años la construcción de vías terciarias que les permitan sacar sus productos del campo”.
Al final del pliego, indican, “También solicitamos, a los organismos garantes de derechos, brindarnos acompañamiento para garantizar el derecho a protesta social y que podamos ver realizado ese sueño que tanto anhelamos: cambiar la realidad de nuestro Departamento”.
La huelga que en su inicio coincidió con la declaratoria de nulidad de la elección de quien hasta hace un par de semana ostentaba el cargo de gobernador de La Guajira, restándole importancia a la huelga de estos manifestantes que hasta el día de hoy no han tenido ninguna clase de diálogo genuino frente a sus requerimientos.
En ese sentido, varios congresistas, ya han solicitado a través de comunicación formal a la Presidencia de la República, una mesa de diálogo en Riohacha, que tramite el pliego de peticiones presentada por este colectivo juvenil, que plasman justas reivindicaciones sociales, que convoca al Gobierno nacional, departamental y local. Así mismo la Oficina de los Derechos Humanos de la ONU en Colombia, se pronunció sobre los huelguistas diciendo: “Damos seguimiento a su situación de salud y continuamos llamando a procurar espacios de diálogo”.
También en días pasados, el grupo de jóvenes logró tener visibilidad gracias a una transmisión en vivo con los artistas Adriana Lucía, Santiago Alarcón y Julián Román, logrando la tendencia #LaGuajiraenHuelgaDeHambre.
La Guajira no necesita más promesas, necesita acciones que garanticen la protección de los derechos fundamentales de sus habitantes, así lo expresan los miembros de este colectivo juvenil, que esperan de las fuerzas vivas del pueblo guajiro y en especial de su dirigencia, el mayor respaldo posible, para aprovechar esta coyuntura de demanda especial, que permita impulsar el cubrimiento de deudas históricas del Estado colombiano con nuestro terruño y abrir un espacio de diálogo genuino en la región, como lo contempla la Sentencia T-302 del 2017 de la Corte Constitucional, que cimente la permanencia de las nuevas generaciones y reivindique la dignidad de los guajiros.
Fuente Veeduría Ciudadana a la Implementación de la Sentencia T-302 de 2017