En los resguardos indígenas de Madre Vieja y La Ceiba, ubicados en zona rural de Distracción, sus habitantes, en su mayoría de la etnia wayuú, han manifestado que el agua de la cual se abastecen por medio de unos pozos profundos, no es potable y por tanto no es apta para el consumo humano.
Asimismo, indicaron que tienen dos plantas potabilizadoras que fueron construidas por el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo –Fonade– en convenio con la Alcaldía de Distracción hace cinco años, y que hasta el momento la comunidad está a la espera del funcionamiento de estas.
Durante un recorrido por el sector de Caicemapa, conformado por cuatro resguardos indígenas: Wayuú Caimito, La Ceiba, Madre Vieja y El Paraíso, Diario del Norte pudo comprobar el abandono y la desidia en que se encuentran más de 200 familias, así como también ciertas irregularidades en algunos proyectos que fueron ejecutados por mandatarios locales y del Departamento, entre ellos, las dos plantas y una cancha polifuncional en los resguardos de Madre Vieja y La Ceiba.
“El pueblo wayuú siempre ha vivido en el abandono, sobre todo del engaño. Nos construyeron dos plantas de agua con el fin de que pudiéramos aprovechar y vivir de un servicio de agua totalmente potable, pero lastimosamente no funciona, la cual fue construido en el año 2012, y hasta el momento solo quedó escrito en un papel”, dijo Luis Lorenzo Uriana, habitante del resguardo Madre Vieja.
Del mismo modo, Luis Lorenzo Uriana, indígena wayuú, argumentó que “cuando fue cabildo Jhon Salinas, yo hacía parte de equipo de trabajo, y fuimos los que recibimos este proyecto, el cual tuvo un costo que supera los mil millones de pesos, y que para nosotros está perdido. Supuestamente en Bogotá habían dicho que está obra ya fue entregada y que está en funcionamiento, pero no es así, las comunidades no han podido abastecerse del servicio de agua”.
Se conoció que en total fueron construidas tres plantas de agua: dos dentro del resguardo de Caicemapa y otra en Potrerito, la cual tampoco presta un servicio apto para el consumo humano, y en donde la comunidad se tomó a la tarea de elaborar un pozo artesanal.
“Hacemos un llamado a los entes de control, entre ellos, a la Procuraduría, Contraloría y Fiscalía para que pongan el lente en este proyecto así como han descubierto irregularidades en algunos funcionarios. Nosotros como comunidad indígena wayuú denunciamos esta problemática que nos afecta y queremos que estas dos plantas estén en funcionamiento, ya que son de vital importancia para nuestras familias”, señaló Luis Lorenzo Uriana.
Por su parte, Nelson Uriana, autoridad tradicional del resguardo de Caicemapa, puntualizó diciendo que “la comunidad está esperanzada en que se solucione la falta de agua potable, ya que desde hace cinco años que se construyeron las dos plantas en nuestros resguardos nos tienen afectados porque no es apta. Muchos miembros se han enfermado porque esa agua es salada. Por eso, pedimos a la actual administración que le dé una solución a esta problemática”.
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