Recientemente, el Departamento Nacional de Planeación publicó un importante documento: ‘Visión Colombia 2050’, que se construyó a partir de discusiones con expertos de los sectores públicos y privados, organizaciones de la sociedad civil, la academia, gremios y la ciudadanía en general.
El documento tiene como fundamento cuatro bases representadas en el desarrollo humano para vidas más longevas, una Colombia como potencia ambiental, productiva y sostenible con una sociedad incluyente y con instituciones más sólidas.
Está constituido por 276 páginas que se consideran como referentes para la discusión de políticas públicas, reformas sociales y económicas, acuerdos nacionales y regionales, y planes de desarrollo para los próximos 28 años con unos principios básicos para la construcción de un bienestar sostenible y lograr acuerdos alrededor de propósitos superiores que el país debe alcanzar.
En el capítulo sobre indicadores socioeconómicos se hace referencia al departamento de La Guajira y se indica que a 2050, igual que Chocó, gozarán efectiva y armónicamente sus derechos fundamentales, en donde toda actuación tenga como pilar transversal el cierre de brechas de pobreza y equidad y la satisfacción de los derechos e intereses propios de las personas, pero para ello todas las instituciones y la comunidad deben redoblar sus esfuerzos para ese logro.
‘Visión Colombia 2050’ propone que a largo plazo y entre todos los colombianos, se logre construir un país sin pobreza extrema, una clase media consolidada, carbono neutral, con instituciones sólidas y una mayor equidad.
A su vez, se establecen tres fuerzas transformadoras principales como motores dinamizadores de las bases de bienestar que potencian su alcance e impacto en la vida de cada colombiano.
En el documento se concibe cómo el aire, el viento y la lluvia son fuerzas que preparan al país para responder y aprovechar tendencias globales que llevarán a disrupciones y necesidades de adaptación permanente.
Se puntualiza que en primer lugar se evidencia la oportunidad de asumir el cambio tecnológico para adoptar, adaptar y crear con miras a contribuir en la transición hacia un país más sostenible, productivo y competitivo.
En segundo lugar, la educación será un pilar central, concebida como un proceso permanente a lo largo de la vida de cada ciudadano a partir del cual se adquieren competencias cognitivas, socioemocionales y transversales necesarias para responder adecuadamente a los nuevos desafíos sociales, ambientales, económicos y tecnológicos.
Además, que se demanda un Estado transformador, enfocado en maximizar su eficiencia y transparencia, así como la confianza que genera en el ciudadano.
Como grandes puntos de llegada a 2050, se destacan cuatro propósitos claves: 1) Un desarrollo regional promotor de equidad; 2) La carbono-neutralidad y la resiliencia climática; 3) Una transición productiva hacia un nuevo equilibrio con mayor productividad, formalidad y crecimiento y 4) Una clase media consolidada con cero pobreza extrema.
El cumplimiento de esos propósitosestá acompañado por agendas específicas que están en línea con las discusiones que se tuvieron con expertos y las tendencias mundiales.
Las agendas se muestran como propósitos intermedios para el fortalecimiento de las bases y ahondan temas como economía circular, movilidad del futuro, transición energética, sistemas agroalimentarios, logística y ciudades promotoras de equidad. Los puntos de llegada y las agendas específicas representan tanto las ramas como las hojas del árbol.
Indicadores socioeconómicos
En el capítulo de indicadores socioeconómicos, la agenda a 2050 contempla como meta lograr una erradicación de la pobreza extrema en todo el territorio.
En el documento se corrobora que la tasa promedio de pobreza extrema entre departamentos hoy en día es de 14,9%. La enorme disparidad entre regiones implicará redoblar esfuerzos en los departamentos más rezagados del país, como La Guajira, Chocó y Cauca, que actualmente presentan las mayores incidencias de pobreza extrema en el país (entre el 26 y el 40%).
Los citados departamentos, históricamente han presentado los mayores rezagos en pobreza, debido a las precarias condiciones de acceso a servicios básicos, altas tasas de desempleo e informalidad, la exposición a diferentes problemáticas sociales, entre otras que debilitan la productividad de estas zonas del país.
En contraste, departamentos como Caldas, Risaralda y Atlántico –que demuestran cifras de pobreza extrema inferiores a 8%–, o departamentos como Antioquia, Valle del Cauca o Boyacá –que, con una mayor población logran porcentajes de incidencia menores al 10%–, demuestran que, con mejores niveles de desarrollo y la disponibilidad y universalización de servicios públicos será posible la erradicación de la pobreza extrema en los próximos años.
Con el crecimiento paulatino de la clase media y de la conectividad que se presentará en las diferentes regiones, se logrará que la población del país consolide mayores capacidades en formación académica, se aprovecharán las economías de escala y se logrará focalizar la inversión en políticas regionales que permitan el fortalecimiento de las entidades territoriales y la evolución a niveles de cero pobreza extrema.
A 2050, los departamentos de La Guajira y Chocó gozarán efectiva y armónicamente sus derechos fundamentales, en donde toda actuación tenga como pilar transversal el cierre de brechas de pobreza y equidad y la satisfacción de los derechos e intereses propios de las personas, de acuerdo con información del documento en referencia.
Se puntualiza que, de ese modo, se logrará la integración de sectores como salud, alimentación, educación, ambiente y otros que son fundamentales en la política social y que por décadas fueron reclamados desde un enfoque estrictamente diferencial, étnico y genuino.
Así, nuevas estructuras y apuestas territoriales y nacionales generarán en regiones como La Guajira y Chocó políticas de transformación social y humana que marcarán hitos históricos en las apuestas sociales del país, honrando las buenas prácticas, el respeto por la autonomía territorial e institucional, pero sin duda alguna, una sinergia sostenible del trabajo nación- territorio.
La eliminación de la pobreza extrema es parte del gran punto de llegada al 2050 de consolidación de clase media. Dicho proceso posibilitará que una mayor proporción de la población acceda a bienes y servicios de mayor complejidad y bienestar (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2000).
De igual forma, para 2050 el país logrará que en promedio todos los departamentos aumenten en 22 puntos porcentuales su clase media respecto a niveles del 2021. El mapa muestra los porcentajes de clase media proyectados para la mayoría de los departamentos. Risaralda, Santander, Bogotá y Antioquia, por ejemplo, tendrán un porcentaje de clase media superior al 60% del total de la población. Chocó y Guajira duplicarían su porcentaje actual.
Fuente: Elaborados por el DNP con datos de (Departamento Administrativo Nacional de Estadística, 2020).