Por Víctor Manuel De Luque Vidal
La Guajira, mi tierra mágica, llena de contrastes y contradicciones, ha sido víctima de años de abandono y olvido. Sin embargo, algo está cambiando en el horizonte, como un aire fresco que anuncia transformaciones profundas. La noticia del suministro de agua potable en el territorio de equidad de Yotojorotshi se ha extendido rápidamente, y ahora se destinará más dinero para mejorar el acceso al agua en La Guajira. Este rayo de esperanza ilumina el camino de aquellos que han sufrido una sed inagotable.
El anuncio realizado por el Grupo Aval, al donar cien mil millones de pesos, demuestra un interés genuino en resolver un problema que ha afectado a esta región durante demasiado tiempo. Laura Sarabia, en su arduo trabajo en el Departamento de Prosperidad Social, ha liderado esta iniciativa que promete cambiar la realidad de miles de guajiros sedientos de equidad.
Sin embargo, no basta con los recursos. No podemos caer en la naive creencia de que el dinero resolverá todos los problemas. Es imprescindible que la eficiencia, la transparencia y la confianza sean los cimientos sobre los cuales se erija esta nueva realidad.
Es necesario valorar la experiencia reciente, el ejemplo de éxito en Yotojorotshi, territorio de equidad de Air-e, donde la unión de distintos actores, aliados públicos, privados y académicos, aportantes de la sociedad civil y un modelo de acompañamiento técnico, social y económico ha logrado una implementación impecable en la solución del acceso al agua potable para estas comunidades.
La Guajira necesita una transformación profunda, un cambio de paradigma en la forma en que se aborda este tema crucial. No podemos repetir los errores del pasado, donde los recursos se diluían en la ineficiencia y la corrupción. Es necesario que la administración departamental establezca parámetros claros y ejerza un control y seguimiento riguroso sobre la utilización de cada peso invertido. Siempre deben prevalecer los intereses del bienestar de las comunidades.
Es fundamental que nuestro gobernador electo, Jairo Aguilar Deluque, quien tiene la responsabilidad de liderar y defender los intereses del pueblo guajiro, no solo represente a sus compatriotas, sino que también se asegure de que los recursos se distribuyan de manera equitativa y justa. Es hora de que el acceso al agua deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho inalienable para todos.
Sin embargo, debemos recordar que esta inversión puede ser solo el primer paso de un largo camino por recorrer. Los territorios de equidad de Air-e dan fe que empresas privadas, fundaciones, el Gobierno nacional y los gobiernos territoriales están dispuestos a sumarse a este propósito común. Esto demuestra que la necesidad de una solución al acceso al agua potable en La Guajira es un sentimiento generalizado que se ha extendido por toda la nación.
No obstante, es imprescindible que cada peso invertido sea cuidadosamente examinado, estableciendo mecanismos de control y rendición de cuentas para garantizar que los fondos se utilicen de manera eficiente y efectiva.
La Guajira merece un compromiso real y una voluntad inquebrantable para cambiar su destino. Merece que cada gota de agua que fluya por sus tierras sea un símbolo de esperanza y progreso.
El futuro de La Guajira sigue en juego. Es hora de unir fuerzas y trabajar juntos para lograr un futuro mejor. La solución no recae únicamente en el Grupo Aval, las fundaciones o el Gobierno nacional, sino en la suma de todos los esfuerzos y la colaboración con las comunidades.
Que este anuncio de más dinero para el agua en La Guajira sea el inicio de una nueva era. Una era donde los recursos se inviertan sabiamente, donde la eficiencia, la transparencia y la confianza se conviertan en nuestros mayores aliados. Una era donde el agua, ese elemento vital que sustenta la vida, sea un derecho garantizado para todos los guajiros, sin excepción.
La Guajira espera, con una sed apremiante y la esperanza latente, que esta promesa se haga realidad. Estamos dispuestos a trabajar incansablemente para lograrlo. Porque solo así, uniendo nuestros esfuerzos, llenaremos los corazones y los vasos de los guajiros con el líquido preciado que tanto anhelan. Esto no me lo contaron, lo vi en el rostro de más de 500 familias que por primera vez tuvieron acceso al agua potable, el poder de las primeras veces.