El Ministerio de Ciencias estrena la quinta temporada de ‘Fórmulas de Cambio’, la serie documental que relata historias de colombianos de diferentes regiones del país que han sido impactados por la ciencia, la tecnología y la innovación, ayudando a generar importantes transformaciones en sus comunidades.
Esta producción, que se emite de lunes a viernes en el Canal Capital, a las 9:00 a.m. y 4:00 p.m., es una radiografía del talento colombiano y un viaje al interior de algunas de las mentes más inquietas del país, centrándose en dos temáticas: los Clubes de Ciencia en zonas fronterizas colombianas y la ciencia y las herramientas tecnológicas al servicio de la paz.
El equipo detrás de esta quinta temporada lo conforman la directora Juliana Ladrón de Guevara; el realizador Carlos Arturo Ramírez; el líder de la estrategia ‘Todo es Ciencia’, Andrés Raigosa y Carlos Daniel Acuña, del programa Ondas MinCiencias, quienes cuentan sobre la aventura que representó este recorrido por el país.
La producción de la serie estuvo en Puerto Nariño (Amazonas), Manaure (La Guajira), Puerto Carreño (Vichada) y Tumaco (Nariño) grabando el acontecer de estas poblaciones.
“Salir a grabar la realidad siempre es un reto, pero en todas las situaciones logramos resolver los percances. Por ejemplo, en La Guajira, uno de los equipos de producción tuvo que grabar con síntomas de intoxicación. En Puerto Nariño nos recibió una tormenta en medio de la selva y perdimos unos implementos de cámara y en las cabañas del Internado donde nos quedamos y se desarrollaron los Clubes, se fue el agua y la luz, así que sufrimos bastante para cargar baterías y lograr descargar el material, era una hazaña en medio del calor”, relataron.
Con respecto a esta temporada, indicaron que los televidentes sevan a encontrar con “unos chicos ávidos de conocimiento y con muchas ganas de aportar a sus comunidades. Los niños y jóvenes de los Clubes de Ciencia, son pequeñas semillas, pero no solo para el futuro, sino también para el presente de sus familias y sus regiones”.
Por último, señalaron que adelantar estos procesos, además de solucionar los retos tecnológicos y necesidades básicas, “son una oportunidad para aliviar los efectos traumáticos en las comunidades. Trabajar en comunidad definitivamente activa la vitalidad de las personas y por ende de la comunidad. Eso fue hermoso de ver y de contar”.