Diferentes organizaciones y miembros de la sociedad civil, convocados por el Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira y el Frente Amplio de Usuarios de los Servicios Públicos Domiciliarios de La Guajira, y con la Diócesis de Riohacha como
facilitadora, asumieron el compromiso de liderar el proceso de diálogo que, a través de la construcción colectiva conduzca a un
Gran Acuerdo por el Desarrollo de La Guajira.
Con ese propósito, conformaron la Mesa de Unidad Guajira por el Desarrollo, una iniciativa que, en su primera etapa, busca transformar las actuales relaciones marcadas por la confrontación, el conflicto, la dispersión y la polarización, factores que
han debilitado el tejido social.
En su lugar, promueven la construcción de relaciones basadas en la confianza mutua, la cooperación, el respeto, la transparencia y el uso responsable de los recursos públicos, priorizando el bienestar colectivo y la generosidad en nuestras acciones.
Para ello, es fundamental elaborar un diagnóstico compartido que les permita definir una agenda única de La Guajira para los próximos 30 años. Sobre esta base, establecerán objetivos, prioridades y acciones concretas que garanticen los cambios y el fortalecimiento del diálogo Región – Nación donde desde el Departamento se tenga claridad sobre los proyectos y líneas transformadoras de La Guajira a largo plazo.
Precisan que los esfuerzos deben centrarse en la diversificación productiva de La Guajira como prioridad para reducir la pobreza, disminuir la desigualdad social y mejorar las condiciones materiales y espirituales de vida de todos los guajiros. Superar la pobreza y la exclusión social requiere, de manera urgente, la generación de riqueza, la consolidación de una sociedad productiva y de un territorio que ofrezca condiciones para la inversión privada.
Puntualizan que la productividad económica debe entenderse como la capacidad de utilizar de manera eficiente y sostenible los recursos disponibles para generar bienes y servicios que dignifiquen la vida de la población.
En este sentido, se identificaron coincidencias en proyectos estratégicos clave, tales como la construcción de la segunda fase
del Proyecto Multipropósito de la Represa del Río Ranchería, la operación Sirius en La Guajira, la recuperación de la soberanía alimentaria y el desarrollo de infraestructura para garantizar el acceso al agua potable y la prestación de servicios públicos eficientes.
Es imperante impulsar la conservación de los ecosistemas estratégicos y el fortalecimiento institucional, con un enfoque
en la sostenibilidad de las finanzas públicas y de ordenamiento territorial.
Además precisan que son conscientes de la transición energética; sin embargo, están convencidos de que ese proceso debe desarrollarse de manera gradual y considerando las condiciones actuales del aparato productivo de La Guajira, donde la explotación de minas y canteras representa el 45,7% del PIB departamental. En este contexto, no es viable prescindir abruptamente de los ingresos derivados de estos recursos.
Al tiempo indican que por ello, es fundamental optimizar el uso de la renta minero-energética, asegurando una gestión más
eficiente de fondos como los destinados al mecanismo de obras por Impuestos, las regalías y otros recursos provenientes de
esta actividad, ingresos que deben ser utilizados estratégicamente para impulsar un desarrollo sostenible y diversificado en el Departamento.