son muchos los comentarios que se han tejido al respecto, afectando el desarrollo de un evento que hasta ahora ha sido exitoso y le ha dado una nueva dinámica turística a Valledupar, pese a todos los escándalos en que se ha visto involucrada la Fflv: la forma fraudulenta de conseguir los terrenos, cobro de impuestos que no llegaban a las arcas de la alcaldía y ninguna clase de rendición de cuentas, aunque es una fundación sin ánimo de lucro. El panorama tiene a los sectores preocupados, ya los hoteleros se pronunciaron y hablaron de pocas reservas para la temporada, también los comerciantes; algunos eventos, como el Tsunami, no vienen por la incertidumbre; igual se siente el escepticismo de la gente en la calle y en las redes al conocer la programación, que en años anteriores se caracterizaba por traer artistas internacionales de gran cartel, para impulsar un sector alterno al que le gusta otro tipo de música y funcionaba, siempre vimos el Parque de la Leyenda abarrotado. Pero este año la Fflv no se quiere meter la mano al dril, no quiero pensar que sea por ahorrar, ya que les toca pagar el establecimiento, buscan entonces reguetoneros de mediana categoría para que llenen ese vacío; será entonces, un festival de reguetón con lo mismo de siempre, Zuleta, ‘Churo’, Peter y Silvestre que trae como gran novedad, el reencauche del Santo Cachón.
¿Qué es lo que está pasando? El problema real, es un pulso económico entre la Fflv y la alcaldía que en apariencia apoya a la Fflv, pero por debajo tienen una estrategia de presión para asfixiarlos, buscando que los involucren en el negocio a través de calanchines, que quieren apropiarse del botín de los Molina, representado en 4 días de parqueaderos, publicidad interna, reventa de boletas el primer día, locales comerciales que pagan un buen dinero, incluso la entrada a los baños se la están peleando y ni hablar de los palcos; todos quieren su tajada para beber y disfrutar gratis. Como si no fuera suficiente, hay denuncias de que el Parque de la Leyenda se los están robado de a poquitos, lo que genera aún más intranquilidad, porque la alcaldía no está haciendo buen uso, ni le está dando buen manejo a ese bien que se recuperó para el municipio. A menos de 1 mes del evento es una total irresponsabilidad del alcalde ‘Tuto’ Uhía, no fijar un precio, de acuerdo a como lo estipula la ley, además ya hay un control de advertencia de la Procuraduría para que no le pase como a los anteriores alcaldes, todos afectados por este chicharrón; se habla de que darán el precio en los primeros días de abril, pero tengo información que será a mediados, para que cuando suelten la bomba, la Fflv no tenga como reaccionar, una autentica perrada, y les toque aceptar las condiciones. En este juego de presiones, preocupan aún más, las declaraciones del presidente de la Fflv, “Si no se llega a un acuerdo no podremos hacer el Festival en el Parque de la Leyenda”, otra irresponsabilidad; todos sabemos que el Festival creció por el parque y si lo sacan, terminará como cualquier festival de medio pelo, ojalá por el bien del folclor cesen estos apetitos económicos que podrían terminar con el ciclo exitoso del Festival y perjudicar a toda la gente de Valledupar.