Por Jesualdo Fernández Valverde
Jorge Celedón Guerra nació en el barrio El Cafetal de Villanueva, cuna de acordeones y fuente del folclor. Artista de talla internacional, que se ha convertido en un embajador de la música vallenata ante el mundo.
El artista nace o se hace y él tiene los dos dones. Nació de una familia de cantantes, poetas, compositores e intérpretes: la dinastía Celedón. El otro don, el medio donde vivió rodeado y laureado de melodías y bellos cantos.
Jorgito nació de cuna pobre pero rica en folclor, dio un salto a la fama de vivencias de un humilde patio de El Cafetal a los grandes escenarios del mundo en la farándula del canto vallenato, caminando a paso grande sobre las alfombras del éxito internacional.
Fue escalonando peldaños, no llegó a la fama de la noche a la mañana, pero pudo asimilar la música muy joven y llegó a dominar el arte del canto; como dice Isaías Celedón en su libro ‘Un Sueño Hecho Realidad’, su estilo romántico por naturaleza, su voz dulce y melodiosa y su entorno familiar lo hacen compenetrarse al vallenato tradicional romántico. Se adaptó fácilmente a los aires de acordeón, recuperando el son, la puya y el merengue, ya casi olvidados, presentando un nuevo formato al vallenato con ‘Son Para el Mundo’ y ‘Ay Hombe’, la puya ‘Juepa Je’ y el merengue ‘Parranda en el Cafetal’, reforzando con su talento el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El médico y compositor Adrián Villamizar, precursor del proyecto de la Unesco y padrino del vallenato, expresa el enorme potencial de nuestro canto y la belleza de su contenido frente a lo que el mundo quiere ver y escuchar, tenemos al ídolo sin fronteras: Jorgito Celedón.
Dice un filósofo que el hombre vale por su virtud y es apreciado por su talento y cultura. Jorgito Celedón, el virtuoso del canto vallenato, es apreciado por una fanaticada y ha enriquecido la cultura de la música vallenata, rompiendo frontera en el mundo de la fama.
La vida tiene varias etapas. La niñez, al lado de sus padres de extrema pobreza y bajo la sombra y apoyo de sus abuelos Pedro Guerra y Corina Vega. Familia humilde de principios, valores y buenas costumbres, de ahí su disciplina y responsabilidad.
Fue adolescente, jugando en las calles de su adorado Cafetal. La primaria la hizo en la Escuela El Gol, donde dio sus primeros pininos en el canto y se fue formando en el arte musical. Fue a la palestra del disco muy joven, estudió bachillerato en el Colegio Nacional Roque de Alba, un laboratorio de cantantes y de compositores en la ‘Cuna de acordeones’, trampolín para dar saltos a la altura de ídolo de la música vallenata.
A temprana edad, Villanueva le entrega al mundo una figura en el arte musical que se constituiría en una de las grandes estrellas en el firmamento, siendo el cantautor de la música vallenata que más veces ha ganado el premio Grammy vallenato en la historia de la música latina, dejando en alto el nombre de Colombia a nivel mundial.