Tanto en el Programa de Gobierno del Pacto Histórico como en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, a pesar de la oposición de bancadas que terminaron abandonando el pacto nacional por el cambio, se propone y se aprueba en la Ley 2294/2023, la transición energética.
Anticipándose a la propuesta y hoy política del actual Gobierno nacional, el atanquero-vallenato Jaime Arregocés Montero, con una visión de futuro, antes la crisis climática mundial, se adelantó a su tiempo y exploró desde hace tres años la opción de acceso a energía eléctrica de fuentes limpias para su parcela ubicada en el corregimiento de Río Seco, en la jurisdicción de la capital del Departamento del Cesar.
Cuando el pequeño granjero llegó a lo que hoy es Villa Jayo, indagó por acceso a la “luz eléctrica” a través de la empresa privada que comercializa el suministro de este servicio a esta zona rural. Un primer presupuesto del transformador, cables y la postelería estaba arriba de los 30 millones de pesos, sin incluir la acometida domiciliaria, ni mucho menos los engorrosos trámites burocráticos que incluía la presentación de un proyecto para estudio, las intermediaciones con coimas, incluidos para agilizar los procesos de aprobación; ni desde luego, la factura mensual por los kilovatios hora consumidos, estimado en por lo menos 800 mil pesos cada 30 días.
Ante este dilatado y costoso proceso de más de seis meses y la manifiesta e ingente necesidad de disponer del esencial servicio de energía eléctrica, al agente de cambio Jaime, le recomendaron varios amigos y usuarios del tradicional servicio de energía, adoptara medidas de hecho, consistente, básicamente, en conectarse de manera arbitraria del cableado conductor, ya que esta era la forma habitual de disponer de este servicio con mayor prontitud. Pues de esta manera los supervisores del servicio venían posteriormente, advertían la irregularidad, la empresa respectiva imponía la correspondiente sanción pecuniaria, pero legalizaba a posteriori el servicio.
Después de sortear dificultades y estudiar propuestas, Arregocés Montero tomó la decisión de apostarle a la energía solar teniendo en cuenta los buenos niveles de asoleamiento de este pequeño rincón campestre, localizado en la vía que conduce al corregimiento de Patillal y a la cabecera del municipio de San Juan del Cesar, en el sur de La Guajira.
Contactó a una empresa de energías alternativa en Bogotá y contrató el suministro de 4 paneles solares, un conversor, dos baterías de litio, la instalación, puesta en funcionamiento y mantenimiento del sistema por 18 millones de pesos, que probablemente hubiera sido menor si no es por el hecho de haber implicado el traslado de 4 operarios de la capital del país hasta la microlocalización Villa Jayo. Eso sí, en cuatro horas instalaron el novedoso “sistema fotovoltaico”.
La capacidad de la unidad antes descrita permite tener encendido simultáneamente 18 bombillos, estufa eléctrica, nevera, lavadora, televisor, aire acondicionado, ventiladores, la plancha, licuadora y motobomba para extraer agua del pozo profundo.
Con la energía solar se probó que mueve taladros, equipo de soldadura eléctrica. También se pueden operar utensilios de belleza femenina, recargar celulares y linternas.
El potencial de generación energética no es óbice para que no se tomen medidas en aras a dosificar su uso, o más, para alardear o realizar usos irracionales o innecesarios. De otra parte, el retorno de la inversión para este caso exitoso ya se logró con creces en los dos años de estar funcionando la energía solar.
En palabras de nuestro innovador Jaime Arregocés, no obstante, la relativamente baja promoción de la generación eléctrica del sistema en cuestión, el caso particular que hemos traído a colación, ha servido para que algunos propietarios vecinos, incursionen en esta acción de progreso y desarrollo alternativo.
Y concluye: “El interesante y anecdótico caso de generación de energía fotovoltaica nos dejan evidentes reflexiones hoy día, en que el tema coyuntural de transición energética ocupa amplios espacios de opinión, pero queremos destacar lo evidente que resulta la apreciación de que la generación eléctrica tradicional no ha estado al tono del emprendimiento económico de nuestro país, pues no es lógico que existan tantos inconvenientes para disponer de un servicio tan importante para la generación de bienes y servicios base del desarrollo económico, social y ambiental del país. Nos la jugamos por los beneficios y aprovechamiento de la energía solar.”