El pasado seis de enero en horas de la madrugada, Día de los Santos Reyes, murió en Bucaramanga el acordeonero de Barrancabermeja Víctor ‘Rey’ Reyes Leudo.
Así se podía comenzar la crónica, pero el sentimiento de tristeza la direcciona en otros términos porque aparece el amor de su vida, Idalides Velásquez Jaimes, con quien batalló para darle forma a su bello hogar que también integran sus hijos Samith Orángel y Loraine Estefany, y su amado nieto Víctor Simón Reyes Calderón.
Idalides, quien recibió el más fuerte golpe en el centro del corazón y las lágrimas ahora son sus compañeras permanentes, por primera vez como lo manifestó, se confesó regresándose a ese ayer que siendo muy joven le cambió el itinerario de sus sentimientos.
Con calma fue diciendo: “En el año 1889, cuando tenía 18 años, conocí a Víctor. Me enamoró con lindos detalles y lo acepté. Duramos de novios poco tiempo. Teníamos todo preparado para el matrimonio, pero salí embarazada y nos fuimos para Bucaramanga porque sabía el regaño que iba a recibir de mis padres. Ya con el niño recién nacido regresamos y fuimos bien recibidos”.
Enseguida contó una interesante etapa en sus vidas. “Después de Víctor unirse con Miguel Morales nos trasladamos para Valledupar donde vivimos 14 años,en los barrios El Cerrito, Don Carmelo y San Joaquín. Después, nos regresamos para la Capital Petrolera de Colombia. Ese y otros momentos musicales fueron de victoria porque obtuvo el más grande reconocimiento dejando su nombre en lo más alto del folclor vallenato. En los últimos años se la pasaba atendiendo compromisos musicales, como productor de distintas grabaciones, entre otras actividades. Además, quiero destacar las invitaciones que le hizo a sus conciertos el cantante Silvestre Dangond. En este sentido, Víctor siempre le agradeció por ese gesto bonito que lo llamó su resurgimiento”.
Continuó con sus conceptos: “Le gustaba vestir elegante porque decía que era un artista y no podía estar de otra manera. Siempre deseó lo mejor para mí, para nuestros hijos y su nieto. Cumplió con su deber y por eso nos hace mucha falta, pero así lo quiso Dios. Ahora nos toca seguir la vida con su recuerdo, con su ejemplo y con sus palabras de amor para todos”.
Entonces, Idalides aseveró que Víctor Reyes, el amor de su vida, le hizo una canción grabada por Fabián Corrales con el rey vallenato Juan José Granados, titulada: ‘Dios tarda, pero nunca olvida’, donde le dijo que le iba a escriturar su vida como prueba de que la quería, para que se murieran de la envidia los que andaban con sus inventos.
No hubo lugar a más preguntas porque su llanto cerró los conductos de la conversación.
‘Acompáñame’
El más grande éxito musical de Víctor ‘Rey’ Reyes comenzó al lado del cantante Miguel Morales, el día viernes 11 de septiembre de 1992 cuando lanzaron en Valledupar el disco ‘El pueblo quiere al cantante’, donde sobresalió la canción ‘Acompáñame’, de la autoría de Fabián Corrales.
Sobre la unión con Víctor ‘Rey’ Reyes, el cantante Miguel Morales, anotó: “Una vez lo escuché tocando con el grupo Los Gigantes en una discoteca de Medellín y me llamó poderosamente la atención. Al separarme de Omar Geles me acordé de él porque era una persona extraordinaria, versátil y de estilo propio para tocar el acordeón. Me arriesgué y gracias a Dios gané a su lado, logrando un gran éxito que hizo historia en Colombia y el exterior”.
De otra parte, en el acto de despedida de Víctor Reyes, el presidente del Festival de Acordeones del Río Grande de la Magdalena, Gregorio Ortiz Epalza, propuso a las autoridades de Barrancabermeja hacerle un monumento al excelso acordeonero nacido en esa tierra; también al grandioso compositor José Garibaldi Fuentes, autor de la música del himno de Barrancabermeja y al inolvidable verseador Andrés Barros, dos veces rey de la piqueria en el Festival de la Leyenda Vallenata. Esta propuesta tuvo la más grande acogida. Ahora falta materializarla.
Carta del corazón
El pasado 21 de diciembre, con el corazón en la mano, Loraine Estefany Reyes Velásquez, le escribió a su papá la carta más sentida, titulada ‘Nunca te cambiaría por nada’. Víctor al escucharlale agradeció y lloró ante ese emotivo mensaje llevándolo a darle un abrazo y un beso en la frente.
La comunicación dice: “El mejor sentimiento del mundo lo descubrí con tu carácter fuerte y protector dejándome saber que yo era lo más importante de tu vida. Fuiste mi primer súper héroe, ese lugar donde me sentía a salvo abrazada a tu pierna. En mis días de niñez recuerdo tus sabios consejos, de qué cosas no hacer y las cuales podía contigo. También recuerdo cuando me subías a tus hombros y sentía que volaba por primera vez.
No olvidaré nunca tus lecciones. Jamás me enseñaste a rendirme y eso me hizo saber quién soy hoy. Me mostraste el camino cuando ni siquiera tenía uno al cual seguir, y por primera vez te dije: “Papá, cuando sea grande quiero ser como tú”. Esa frase nunca la olvido.
No imagino la vida sin un abrazo tuyo, de esos que me enseñan que la vida tiene una puerta a la paz absoluta (y esa paz está en tus brazos). No quiero pensar que algún día no estarás y no tener con quién pelearme, con quién reconciliarme a carcajadas y no poder tener esos besos en la frente.
Quiero que sepas que eres el motor de mi vida, mi amor infinito a pesar de saber que la vida es finita. Me gusta pensar que cuando nos vayamos de este mundo, sigas estando ahí para mí. Espero que este inicio de año me abraces fuerte. Si algún día no pasamos juntos un final de año, donde quiera que estés, por favor, abrázame fuerte. Ojalá no se te dé nunca por dejarme. Siempre serás el amor de mi vida. Papi, gracias por darme tanto. Te amo”. Sin palabras.
Adiós para siempre
Loraine Estefany, su hija, ante la gravedad de su padre lo acompañó en la ambulancia de Barrancabermeja hasta Bucaramanga, donde pasó sus últimas horas de vida. Él se la pasó agradeciendo a Dios y dando consejos para que todo se hiciera de la mejor manera.
“Mi papá nunca supo el último dictamen médico, lo que me llevó a llamar a mi mamá y a mi hermano para que llegaran lo más pronto posible. Dios decidió llevárselo, pero nos dejó su ejemplo de amor y de lucha, legado que vale más que todo el dinero del mundo. De igual manera, sabemos que el mundo vallenato nunca lo olvidará, porque supo ganarse su propio espacio al lado de diversos cantantes”.
Después de pronunciar estas palabras se escondió a la distancia el más grande silencio. Entonces las letras huyeron para ir a hacerle la venia al acordeonero que dejó su marca musical en la Tierra. El mismo hombre enamorado de los suyos que cuando miraba al cielo y estaba sin estrellas, pedía permiso para adornarlo con los amores de su vida.