Muchas veces nos encontramos con personas que reniegan de la vida y esperan que les pasen cosas buenas cuando desde su rol de víctimas están siempre con una mala actitud, creen que el mundo es su enemigo.
Son egocéntricos porque piensan que es solo a ellos a quienes les suceden cosas complejas de manejar, se vuelven un imán de problemas y situaciones difíciles, aprenden desde la queja y la lástima a vivir y a sacar provecho de almas buenas que se conduelen de situaciones que casi siempre son generadas por ellos mismos; estas personas nunca se apropian de lo que les pasa y esperan que los demás salgan corriendo a solucionarles la vida porque se creen merecedores de todo, no hay nada más tóxico que una persona negativa.
Si usted se identifica con este escenario: ¡salga corriendo! suena feo, ácido y difícil de entender; porque a veces esa persona negativa es muy cercana o siendo realistas en algunos casos resulta siendo uno mismo, pero es la realidad. Si queremos vivir mejor debemos salir de este espacio, sin importar el rol que ocupes en él y si eres tú el negativo, puedes desaprender y repensar como ver la vida con otra mirada.
Una buena actitud siempre marcará la diferencia; nunca serán las situaciones lo que defina la vida, sino la forma en que las afrontes. Si estás en gratitud, si eres una persona positiva, si estás dispuesto a crecer desde las lecciones, si aún en el caos más grande logras ver lo bueno, es porque has entendido que todo pasa para fortalecernos y para convertirnos en mejores personas.
Hace unos días me causó curiosidad un video en mi red social favorita (LinkedIn), en donde se hablaba de actitud y es a lo que hoy les vengo a dejar de enseñanza. Un día bueno con una mala actitud posiblemente se puede convertir en un caos, pero un día malo con una buena actitud seguramente se convertirá en un espacio de fortaleza y crecimiento; quiero que todo el que lea este artículo se tome unos minutos de su tiempo para pensar su escenario de vida y se ubique en el espacio que se encuentra, analiza si tienes buena o mala actitud en estos momentos.
Estar en la queja y con mala actitud solo es cuestión de reconocerlo para que desde la conciencia se pueda empezar a mirar el mundo con mejores ojos y a disfrutar lo bonito que nos brinda. La vida nos enseña que podemos caernos una y mil veces, lo importante es levantarnos porque al tomar ese impulso de valor, aprendemos a vivir. Ya es momento de entender que TODOS sin excepción en algún momento tendremos dificultades, pero la actitud y nuestras buenas acciones siempre cambiarán el panorama con el que afronto las situaciones que se me presentan, qué maravilloso es tener un problema y encontrarse algún ángel que nos ayude a superarlo, pero qué triste es tener que ser una carga de quienes siempre tienen que salir corriendo a solucionar todo el tiempo tus problemas.
Todavía estamos a tiempo de apropiarnos de manera responsable de nuestras decisiones, de nuestras acciones y de nuestra forma de ver la vida. Aceptar que siempre vemos lo negativo -el vaso medio vacío y no medio lleno- es el primer paso para cambiar de actitud e iniciar a hacer la diferencia, con esto no quiero decir que se desconozca lo que no está bien, pero sí que desde una mejor posición valoremos nuestro espacio, podamos salir de la queja y las malas actitudes para apropiarnos de nuestra realidad de una forma más sana y así veamos el mundo con mayor objetividad.
Tengo el ferviente compromiso con la vida y con Dios de generar conciencia, dejar huellas bonitas en la historia y enseñarle al mundo que todo puede ser mejor, que todo lo que nos sucede siempre nos dejará una enseñanza que nos fortalecerá y que la valentía no está en los demás, sino en nuestro interior, somos nosotros los principales generadores de cambio y nuestra gran responsabilidad está en crear y fortalecer el mundo que nos espera. Por eso hoy los invito desde mi corazón a tener una bonita actitud por la vida, a no aprovecharse de las personas que te apoyan y brindarle a los demás todo lo bueno que tienes por aportar como persona, sé tú siempre ese ángel en la vida de los demás que con su buena actitud haga la diferencia.