Son pocos los salvos en estos tiempos en Cristo; estamos como en los tiempos de Abraham y Lot en Sodoma y Gomorra, Dios los debe de contar con las manos, si existen algunos; en el mundo impera el lenguaje del mal, la tradición del mal, el pensamiento del mal, la vida en el mal; lo dicho por Satanás a nuestro Señor Jesucristo en el desierto en los 40 días de ayuno, lo dice todo.
Hay que salir de ese mundo, es hora de poner rodillas en tierra y pedirle a Dios que haga su voluntad así como el cielo, se haga aquí en la tierra; pero pedirlo de verdad, de todo corazón; no un simple rezar.
Es hora que se establezca el Reino de los Cielos en la tierra, si no este mundo va desaparecer; su final se aproxima a pasos agigantados como en los tiempos de Noé, no se han dado por enterados; ya empiezan a caer las primeras goticas y las personas no se han dado cuenta; unas por ignorancia, otras porque no le interesa y otras por fanáticas, solo creen en su propia verdad, es decir su pensamiento; viven como se vivía cuando Noé; alejados de la verdad y cerca del sistema de cosas inventadas por la mentira.
Alejados de Dios, pero cerca de luzbel, viven engañados, llaman Dios es a luzbel; alejados del espíritu de Dios, pero cerca de los deleites del mal del cuerpo; alejados del espíritu Santo, pero cerca de la religión; alejados del sistema de vida del Amor, pero cerca del sistema de muerte de la avaricia y la codicia; alejados del don de servir, pero cerca del embusterismo del dinero.
Atrapados en ideologías cuando el final se aproxima; porque la verdad para ellos por ser poco atractiva y horrible, para ellos no existe, la desprecian; se le dicen y se le dicen, no hacen caso, parece que no se le habla a una persona, parece que se le habla a un muro blanqueado; el interés es la plata, no la vida; el sacrificio como el de Caín es lo que sirve; pero la verdad es que ese, no sirve para nada; porque cuando muere, ¿quién lo disfruta? Aquellos o aquellas que en vida no les quisiste dar o no querías saber nada de ella, porque el que tú quieres, estás cercas de ellos.
Este mundo así como va, va a desaparecer muy pronto, no hay consciencia de la verdad, hay consciencia de avaricia, el dinero cada día es todo, reemplazó a Dios y la verdad; pero lo escrito y lo dicho por la verdad que es Jesucristo hace dos mil años, es tan real y viva más que todo lo que nos rodea: las pestes están, los volcanes erupcionan, los hijos se levantan contra sus padres, aumenta el desafuero, se enfrían los corazones, se oyen rumores de guerras, el tiempo se ha acortado, las horas vuelan, los años se van, parecen que fueran días; lo dicho por nuestro Señor Jesucristo es nuestra sentenciada realidad.
Muchos huirán hacia las montañas porque el hambre y la peste los abruman, otros se encerrarán para no contagiarse, el mundo se deshace en pedazos y la gente ni se da cuenta; sus intereses y apetitos materiales son sus consciencias, su verdad; Jesucristo está al frente y no lo ven; sus ojos son presas de sus inconsciencias y los llamados por Dios hacen muy poco por establecer en verdad y en espíritu, el Reino de los Cielos en este mundo, sufren del síndrome de Eli; los consumen el mal del mundo.