El cuidado del agua es vital para proteger la vida, es uno de los recursos naturales más valiosos y a la vez, el más amenazado en nuestro departamento. Sin agua no podríamos vivir, por eso es necesario que tomemos conciencia de la importancia que tiene en el desarrollo de nuestra vida y orientemos más nuestros esfuerzos para cuidarla.
El ahorro de agua por parte de cada uno de nosotros es fundamental ya que el desperdicio que se hace es muy alto en un departamento donde la mitad es desierta y la otra mitad goza de las bondades y bendiciones de fuentes de aguas naturales.
Podríamos decir que hay dos razones principales por las que hay que ahorrar agua, la primera como se ha comentado antes es que el agua es escasa, y la segunda es que somos muchos los que habitamos el planeta y necesitamos el agua para vivir. Médicos, científicos, nutricionistas y otros especialistas de la salud recomendamos beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día, pero ¿por qué? La respuesta es que el agua es el elemento más necesario para nuestra vida.
Nuestro cuerpo está formado en un 70% de agua, el 95% del peso de nuestro cerebro es agua, nuestra sangre contiene un 85% de agua y nuestros pulmones un 90%.
Otra de las razones por la que es muy importante cuidar el agua es su escasez. El agua dulce es escasa, pero el agua dulce potable es aún más escasa y no está igualmente repartida por la naturaleza.
Las lagunas, humedades, costas, mangles, bosques y montañas son tipos de ecosistemas que se encuentran en La Guajira, y enriquecen en gran medida la biodiversidad del departamento, es una bendición frente a otras regiones.
Insólitamente en La Guajira vemos unas vergonzosas realidades, por ejemplo: Una población indígena en Distracción, La Guajira, denuncia que lleva 12 años sin recibir agua potable, porque el acueducto que fue construido desde entonces, nunca entró en funcionamiento y se encuentra a pocos kilómetros de la represa del ranchería, con una capacidad de 198 millones de m3 de agua. Esto no nos deja de producir cada día más asombro, tristeza y extrañeza.
Lo sucedido en Villanueva, municipio privilegiado con sus fuentes naturales de agua del Perijá, donde fue declarada calamidad pública ante la emergencia registrada la noche del pasado viernes, luego de conocerse de un derrumbe en estribaciones del cerro Pintao, por consecuencias de las lluvias que hizo que el caudal aumentara y taponara dos pilas de captación de agua en la planta de tratamiento, dejando al 100% de la población sin el servicio de agua, es un campanazo para corregir el uso racional del agua.
La Guajira por su situación geográfica no cuenta con una irrigación de agua que abastezca a toda la población, es uno de los departamentos de Colombia, cuyos ingresos económicos dependen en gran medida de las actividades de explotación de recursos naturales, entre ellos, el carbón, se podría indicar que es uno de los departamentos que visiblemente podría resolver su situación, pero esos recursos son insuficientes o mal uso, para proveer una solución que permita a sus habitantes, tener acceso a un preciado elemento indispensable para la vida, pero si no nos concientizamos y aprendemos a distribuir y hacer uso racional de ese recurso, vendrán momentos difíciles.
Se ha tratado en la escasez de mitigar el problema con soluciones a corto plazo como recoger botellas de agua en el país para traerlas al departamento, realizar pozos profundos carentes de bombas de extracción a veces por falta de fluidos eléctricos, traduciéndose esto en aprovechamiento por la clase política de las necesidades del pueblo guajiro.
La solución a todo el problema de agua de estos pueblos podría estar en poner en funcionamiento la represa del río Ranchería, construida con este fin y planteada después por los gobiernos como elefante blanco, represando gran cantidad de agua que podría solucionar este problema, no solo de agua potable sino de riegos en cultivos que ayuden a desarrollar este departamento, proteger nuestros ecosistemas de la serranía del Perijá y sierra nevada de Santa Marta y lo más importante, la responsabilidad que tenemos como seres humanos de buen uso del agua, y ejecutar proyectos de remplazo de tuberías obsoletas antes de echar pavimento, concientizando a las comunidades que tener agua continua y potable en sus hogares tiene un precio económico y social.
El agua es un bien natural que permite el desarrollo de la sociedad, la justicia social y contrarresta la pobreza. También resalta atribuciones culturales, simbólicas y es un elemento esencial para toda la humanidad.