La Honorable Corte Constitucional produjo una decisión a través de la Sentencia SU698-17 que se relaciona con la desviación del arroyo Bruno en La Guajira.
En esta ocasión la Corte falló a favor de las comunidades indígenas Wayuú de La Horqueta, La Gran Parada y Paradero, contra Cerrejón, MinInterior, Corpoguajira, Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y el MinAmbiente, para salvaguardar los derechos fundamentales al agua, la identidad, integridad y diversidad étnica, seguridad alimentaria, así como a la consulta previa e igualdad porque otras comunidades si fueron consultadas para llevar a cabo la ejecución del proyecto de desviación del arroyo.
Los demandantes argumentaron que la desviación del arroyo Bruno lesiona el ambiente porque afectaría el corredor de bosque tropical seco entre los Montes de Oca y la Sierra Nevada de Santa Marta, amenaza el abastecimiento de agua para las comunidades indígenas, y las poblaciones de Albania y Maicao que extraen el recurso mediante carrotanques.
La Corte concluyó en unas dificultades e incertidumbres que no estaban resueltas frente a los impactos ambientales y sociales del proyecto de desviación del arroyo Bruno, que “constituye una amenaza concreta, cierta y directa a los derechos al agua, a la salud, y la seguridad y soberanía alimentaria de las comunidades dependientes del arroyo Bruno”, con el apoyo de técnicos y conceptos de expertos, además de las pruebas que recaudó directamente mediante una inspección judicial.
En tal sentido resaltó la Corte, entre otros aspectos, las consecuencias de intervenir un bosque seco tropical y estado del ecosistema; el valor biológico de la cuenca y efectos del cambio climático y del calentamiento global; garantía de las funciones culturales, de abastecimiento, regulación y mantenimiento que cumple el arroyo; además del impacto aguas arriba y oferta hídrica por la desviación de arroyo.
Por eso la Corte ordenó suspender las obras materiales del proyecto de desviación mientras se realiza un estudio técnico que responda a las incertidumbres establecidas, de manera que se pueda valorar la viabilidad ambiental de la desviación del arroyo, diseñar un cronograma detallado y razonable de sus actividades, bajo la dirección de la Mesa de Trabajo Interinstitucional que había ordenado constituir el Tribunal Administrativo de la Guajira y el Consejo de Estado, con la participación de varias entidades del gobierno nacional, Organismos de control, Departamento de La Guajira, Municipios de Maicao y Albania.
La Procuraduría, Defensoría del Pueblo y Contraloría deben vigilar y acompañar el cumplimiento de las órdenes de la Sentencia.
En tal sentido la Contraloría ya rindió un primer informe en el cual concluye que “Como resultado de la auditoría realizada, la Contraloría General de la República emite un concepto de incumplimiento material adverso en los aspectos evaluados…”, al establecer que no existe un plan de trabajo que se constituya en la hoja de ruta para los actores que hacen parte de la Mesa Interinstitucional de Trabajo; debilidades en relación con las fuentes de información, soportes documentales y datos considerados en las evaluaciones realizadas.
También debilidades en la evaluación de los posibles impactos, y en la determinación de las conclusiones plasmadas en el informe para sustentar la decisión de mantener el arroyo Bruno en el nuevo cauce; y el incumplimiento de los compromisos adquiridos por Corpoguajira en el Plan de Mejoramiento para superar los efectos sobre el medio ambiente y los recursos naturales ocasionados por los permisos y autorizaciones otorgados, los cuales persisten en el tiempo, sin que se hagan efectivas las compensaciones respectivas.
Y es que ante el panorama de incumplimiento institucional que se observa, existen suficientes razones para las dudas y desconfianza de la gente, porque ante la inactividad de la Mesa de Trabajo Interinstitucional se puede creer que en cualquier momento reactiven el proyecto de desviación y se lleven el arroyo para otra parte del mundo…
Así es con todo en La Guajira, ¿para qué nos echamos mentiras y nos engañamos nosotros mismos?