Por José M. Aponte Martínez
Si los arhuacos con su eficiente gobernador José María Arroyo ‘Chema’ a la cabeza no se alborotan con pene de guayacán los hombres y clítoris de carreto las mujeres, el Gobierno central les hubiera llenado la Sierra Nevada del Valle, sí, del Valle, porque los samarios nunca la han visto en todo su esplendor, como lo hacemos nosotros en las mañanas, de concesiones mineras, como ya lo habían hecho muy calladitos con varias concedidas que deben de ser revocadas porque en ese tesoro ambiental y turístico no se debe explotar ningún mineral y menos permitir el uso de la terrible y destructora motosierra o la cruel hacha. Eso hay que acabarlo y no habrá necesidad de arborizar porque las especies nativas nuevamente brotarán de las entrañas de la tierra, ahora sí ayudamos, mejor, buscando guáimaros, caracolíes, mortines, mamones, guamos y otras especies de frutales que a través de un gran Vivero Departamental con Corpocesar de socio se siembren a la orilla de los ríos, a los cuales también hay que echarles millones de alevinos, de sardinatas, bocachicos y truchas que inmisericordemente hemos acabado.
En la Sierra Nevada del Valle lo que debe de haber son buenas vías, continuar la carretera pavimentada no hasta Nabusimaque sino hasta las nieves perpetuas del Simón Bolívar y Cristóbal Colón y por Atanquez hasta Sabana Crespo y sitios bellísimos que me cuenta el doctor Álvaro Castro Castro y doña Edith Mendoza asiduos visitantes de esos lares que hay, hoy desconocidos e inexplotados y a los cuales se puede llegar fácilmente por un teleférico como en otras partes del mundo para gozar de esos bellos paisajes.
Bueno, vino al Valle, el putas en páramos y nevados y nos habló las mil maravillas de ellos y los cientos de males que padecen esos glaciares y su derivado el agua; dijo que somos unos empedernidos derrochadores de ese líquido, predijo que en poco tiempo por el calentamiento global y la mano destructora del hombre no habrá ni hielo ni agua helada, habló de todo, de posibles soluciones y del desastre que nos espera sino tomamos medidas urgentes. Todo eso ya lo sabemos y de ahí la protesta de nuestros ‘brothers’ los arhuacos, pero jamás utilizó la palabra guardar; guardar el agua que a pesar de tenerla en abundancia, por el camino que vamos irremediablemente se va a agotar. Qué pensará el doctor Ceballos con todos sus títulos y conocimientos de la Represa de Los Besotes, cuál será su concepto, ¿Nadie se lo preguntó? Qué piensan los arhuacos sobre este tema, me han dicho que son enemigos acérrimos de esta idea, pero no conozco sus argumentos, ya es hora que lo hagan público para comenzar a debatirlos a ver si tienen la razón o no. Se acabó el espacio y no dije nada de la Represa del Ranchería cuyo abandono es un pecado mortal de este Gobierno que el pueblo guajiro no le perdona y se lo cobrará tarde o temprano, el próximo viernes lo haré. ¿Cuándo los wayuú protestarán como lo están haciendo los arhuacos?
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Por fin cayó el huequito de la 11, fue reparado y he visto que instalaron unos reductores de velocidad al frente del Seminario y me pregunto: ¿Será qué la vida de los sacerdotes y seminaristas es más valiosa que la de los residentes de Rosas del Ateneo que desde hace rato estamos solicitando lo mismo para proteger nuestra existencias?