El Cannabis es una planta más bendita, que maldita. No solo es “traba con humo”, sino que contienes múltiples propiedades, de beneficios, para la salud humana y el medio ambiente.
Los cultivos son trincheras, para neutralizar, amortiguar y frenar, el cambio climático, capturando y desvaneciendo, partículas CO2, gases tóxicos y dióxido de carbono. De otra parte, fertiliza la tierra, con las raíces y conserva el agua. Son de mucha utilidad, para variadas transformaciones y fusiones, medicinales, alimentos y otras producciones, originada de materia prima, flores fructificadas, semillas y tallos
El gobierno debe apoyar económicamente, la promoción de cultivos de cannabis, para generar empleos, desarrollo progresivo en localidades municipales e incrementar recaudos tributarios. También le serviría a La Guajira, para solventar múltiples necesidades, que se padece, en el territorio peninsular, donde los indígenas wayuú viven de las pescas, pastoreos y artesanía.
El biólogo guajiro, Jairo Rosado Vega, quiere implementar una variedad de cannabis sativa, resistente a 38° de temperatura y alto contenido THC, para cultivar, en algunos lugares, del desierto de La Guajira, complementada, con cultivos “pan coger” en territorio de resguardos indígenas, mejorando así, las condiciones de hambruna, (Jausirushis) en media y Alta Guajira
La producción de cannabis en el territorio nacional, generan tributos a la nación, originada de cultivos, procesamientos y comercialización; superando el doble, de la cuantía prevista a recaudar, en la reforma tributaria, que rige en la presente vigencia fiscal (20 billones), de acuerdo al volumen de cultivos que se tengan. De ser una cantidad igual, a las que hoy están cultivadas con coca, incorporarían al trabajo, por lo menos dos millones de empleos, mitigando la situación a muchas familias, sumidas en la miseria.
Los cultivos de cannabis, generarían más de 10 empleos directo por hectárea, sumándoles indirectos u ocasionales, en cultivos, transformaciones industriales, transportes y comercialización. Pueden generarse fácilmente dos cultivos por años, en variedades, psicoactiva y cáñamo utilizadas en productos medicinales para controlar, dolores, epilepsia, ansiedad, nausea, insomnio, migrañas, artritis, etc. Estimula el apetito, combina en buen sabor con fusión en líquidos y sólidos, cerveza, café, helados, postres, energizantes, gaseosas, aromáticas, entre otras.
El cáñamo, es una planta de cannabis sativa, que no es psicoactiva, pero de ella, se explota la flor, semilla y el tallo, de los cultivos. La flor se utiliza para producir, alimentos, bebidas, cosméticos y mil variedades; de productos, de distintos usos y consumos. De la semilla, se extraen variedades de aceites y del tallo, fibras naturales, utilizadas en material industrial, construcciones de viviendas y producciones de textilerías.
Sustituyen el uso de maderas, en papelería, cartones y empaques, es una celulosa que pega con todo de distintas formas, en producciones, combustibles, cuerdas, pinturas, elementos aislantes y jabones, entre otros. También remplaza plásticos y cuerinas.
El departamento de La Guajira, ya tuvo una experiencia, en cultivos de cannabis psicoactiva, originaron grandes ingresos económicos, pero también generó violencia, desordenes y muchos despilfarros. Invirtieron, en Barranquilla, más que en la propia Guajira, quedando después, con el remoquete de “Don Tuvo”.
Una hectárea bien cosechada de cannabis o marihuana, dejan ganancias libres de costos superior a los mil millones de pesos, que no lo deja ningún otro cultivo. Cultivando 500 hectáreas en La Guajira, distribuida entre los municipios del departamento, superaríamos crisis y mejoraríamos condiciones de vida, invirtiendo ganancias, en turismo, inmobiliaria y agricultura.
El Congreso está próximo a legalizar el uso y consumo de marihuana recreativa, sobre la cual, cursa tramite de reforma constitucional, que fue aprobada en secciones pasadas y debe ser aprobadas, en dos secciones consecutiva.
El expresidente Álvaro Uribe elevó a prohibición constitucional, el uso de dosis mínima de cannabis en el territorio nacional. Ahora se reversa para efecto de legalización, sin persecución, ni encarcelamiento.
De esta forma, se descriminaliza cultivos y consumos de cannabis, comienza a socializarse, para impulsos de operaciones en producción y comercialización.