Por María Isabel Cabarcas
Gracias a la Asociación Ecopetrol – Chevron, en días pasados llegó a Riohacha un espectáculo bellísimo denominado: ‘El libro mágico de los secretos 2’. La puesta en escena estuvo a cargo de un grupo de jóvenes actores y actrices, cuyo extraordinario talento histriónico, envolvió fácil y rápidamente al público en una bella fantasía, haciendo más felices a los niños, e invitando a los adultos a ser mejores seres humanos.
Este proyecto viene siendo liderado desde hace más de cinco años por el cantante, actor, compositor y líder cívico Carlos Vives, quien al lado de su esposa, la exseñorita Colombia Claudia Elena Vásquez, han creado una serie de iniciativas que propenden por el rescate de las tradiciones culturales autóctonas y la exaltación del trabajo comunitario, tales como la Escuela Musical Río Grande y Tras la Perla, por nombrar dos de ellas.
Disfruté como una niña más entre el público asistente ese emocionante show, realizado en el auditorio de la Biblioteca Virtual Héctor Salah Zuleta, escenario ideal para este tipo de eventos, que ha permitido la realización continua de los mismos a partir de su inauguración por parte de la Diócesis de Riohacha el año pasado.
Siendo Reina Embajadora del Carnaval de Riohacha en el año 2012, fui invitada a un Encuentro Regional de Cultura del Caribe en la ciudad de Cartagena. Allí me gocé a plenitud la presentación de la primera edición de: El Libro Mágico de Pombo. Allí, entre autoridades institucionales, artistas y cultores, me sorprendió gratamente el trabajo tan impecable de todo un equipo de artistas, y el compromiso de Carlos Vives por una infancia feliz. A través de esta valiosa propuesta, se exalta el valor de la lectura, y se propende por la recuperación y visibilización del legado literario de Rafael Pombo, para ubicarlo en la memoria y en los sentimientos colectivos de los colombianos, especialmente entre los miembros de una generación compuesta por las niñas y los niños, quienes deben reconocerle y valorarle de la mano de sus padres en el ambiente familiar y de sus docentes en el ámbito escolar. Soñé con que en algún momento, ese tipo de espectáculos llegarán a deleitar a los más pequeños e inocentes de nuestra sociedad guajira y efectivamente eso fue posible, gracias al compromiso de la Asociación Ecopetrol – Chevron Distrito Guajira, quienes gestaron este maravilloso evento donde las letras, la música, las artes escénicas y la imaginación, fueron protagonistas, robándose el corazón de chicos y grandes con la misma intensidad.
Carlos Vives sigue demostrando con cada nuevo proyecto, su inquebrantable compromiso como artista y como colombiano ejemplar, con el rescate, salvaguarda y promoción de los valores culturales de nuestro país, creando además importantes alianzas con empresas socialmente responsables, lo que permitió que a nuestra amada tierra llegara este significativo evento que logró marcar la retina y grabarse en los recuerdos más preciados de quienes lo presenciamos.
Oscar Wilde afirmó que: “El mejor medio para hacer buenos a los niños, es hacerlos felices”; y debe ser ese justamente nuestro propósito primordial como sociedad, desde cada uno de los roles en los que nos encontremos, ya sea como padres, docentes, profesionales, líderes cívicos o de opinión, y como ciudadanos.
Seguramente, este consenso tácito por la infancia, permitirá que su presente y su futuro, sea mejor y que ese soñado proyecto societario común que tanto merecen, sea en el corto plazo, una feliz realidad, por ellos y para ellos.