Como si estuviera caminando por los terrenos mágicos de Macondo, donde la realidad tiene destellos de eternos parpadeos del ayer, el acordeonero Rafael Guillermo Ricardo Barrios partió de la vida. Sí, partió horas antes de recibir el más grande homenaje en el VII FestiMaría 2023, de su amado pueblo San Juan Nepomuceno, Bolívar.
Este hecho nunca se había presentado en la historia de la música vallenata, al morir un acordeonero estando a tres días de ser exaltado a través de acordes musicales y el cariño de todos sus paisanos. Él tuvo que ser llevado al campo santo, cuando la idea era estar en la tarima recibiendo palabras de agradecimientos, aplausos y abrazos sinceros.
Rafael Ricardo lo había señalado que era profeta en su tierra. Esa declaración pegada a su corazón, al que muchas veces lo tuvo aprisionado con su acordeón piano, para regalar melodías a las cuales les añadía letras llenas de poesía de diversos compositores donde la lejanía se iba consumiendo en el mar de la ausencia, en el primer mes del año a cierta novia le regalaron un mochuelo, y hasta la dedicatoria de una canción a una Señora, sin saber que un joven la tenía escondida en su pensamiento.
Al conocer sobre el homenaje estuvo de acuerdo y el pueblo se preparó con mucha antelación para tenerlo de cuerpo presente, pero el destino con su final incierto se impuso cambiando alegrías por penas. Entonces afloraron los recuerdos del jovencito que partió de su terruño en busca de una alternativa encontrándola en la música vallenata a la que amó y defendió.
Su historia estuvo enmarcada en desvelos y sacrificios, pero como buen aliado del folclor ganó hasta en la altura de Bogotá. Allá impuso su estilo que le regaló las más grandes satisfacciones y lo catapultó como un excelso artista rodeado de música. Esa música romántica adornada por los arpegios de su acordeón piano. Y fue más allá dando excelentes resultados en sus facetas como compositor, cantante, literato, presentador y actor. En ese sentido para lograr la más grande hazaña musical tuvo como compañero al cantante Otto Serge.
Dentro de esas vivencias a la hora de su concurrida despedida terrenal, el Rey Vallenato Manuel Vega Vásquez, lo pintó de cuerpo entero: “Rafa era mágico con el acordeón, armónico, melodioso, metódico y bueno. Él impuso su estilo con esos acordes nostálgicos que se siguen escuchando por todas partes. Era de una sola palabra a la que defendió con firmeza”.
Mensaje de Rafael Manjarréz
El compositor Rafael Enrique Manjarréz Mendoza, quien le compuso la canción ‘Señora’, a una hermosa mujer llamada Doris, haciéndole a la distancia una declaración de amor, que grabaran con total éxito Otto Serge y Rafael Ricardo, se sentó a escribir. Es una nota dedicada a Rafael Ricardo, con quien tuvo algunas diferencias.
Al respecto señaló: “Hoy pareciera estar viendo un emotivo audio-video con todas esas vivencias, con ocasión de la prematura partida a la eternidad del maestro Rafael Ricardo. Mis desencuentros con él no rebasaron nunca mi objetivo reconocimiento al valioso aporte de su aplaudido acordeón a la música de nuestro país, ni pueden romper el especial umbral de afinidad, en el que Dios por vía del talento nos puso concomitantemente a asistir a una época de éxitos musicales, y coincidir en una temporada bonita”.
El compositor continuó diciendo: “Hoy es inevitable que haya estampas de mis recuerdos en que seamos coincidentes, con registro en ellas de aquel insumo bendito del aprecio y el cariño que reinaba entre los entusiastas artistas incipientes, practicantes aferrados de la bohemia y parrandas vallenatas. Con un tipo de tristeza inenarrable he vuelto a escuchar insistentemente una canción que se llama ‘Señora’, que compuse yo e interpreta el maestro Rafael Ricardo”.
Al cierre de su escrito el compositor Rafael Manjarréz, dice: “Allego de manera honesta y respetuosa este mensaje de solidaridad a sus familiares y cercanos, en un momento como este en que imagino el quebranto, la tristeza y el vacío que los embarga, en lo que aún jamás será consuelo y en medio del dolor hasta resulte necio decirlo, es insoslayable acotar que la notoriedad del deudo acrecienta el duelo”.
La despedida
Lo que se pensaba que fuera alegre con el homenaje a Rafael Ricardo en San Juan Nepomuceno, Bolívar, se tornó melancólico. En el ambiente aparecieron las lágrimas que eran palabras que la boca no podía decir, ni el corazón soportar.
Un triste adiós a Rafael Ricardo, el hombre que a lo largo de su vida que concluyó en Cartagena la noche del miércoles 21 de junio de 2023, cuando contaba con 73 años, dejó en distintos escenarios su marca musical y aquellas palabras sinceras. “Puedo decir que sí soy profeta en mi tierra, donde me quieren y me siento feliz en este bello entorno que me trae todos los recuerdos”.
A lo lejos se continúan escuchando aquellas canciones que él adornó con su acordeón piano y que tienen la más grande cuota de sentimiento en el pentagrama vallenato. Las palabras se quedan cortas ante la larga tristeza de sus familiares, paisanos y amigos, quienes supieron de su fidelidad a la música vallenata y hasta de defender su legado en voz alta.
Esta vez repicaron las campanas uniéndose al sonido de los acordeones, donde una voz hacía énfasis en la canción que lo hizo conocer. Precisamente, era un verso bien sutil, dirigido, delicado y sensitivo donde se hacía comprender que el amor no tiene redes, y no hay nada que lo pueda detener. Entonces, en aquel instante las letras se agotaron y los recuerdos comenzaron a reinar en la mente de todos.