Como todos sabemos este ha sido un año atípico, de muchas pérdidas y de mucho crecimiento, que nos ha llevado a la reflexión, a salir de nuestra zona de confort, a tener precaución, a vivir algunos momentos de una forma diferente, en algunos casos a compartir en la virtualidad, a estar casi siempre resguardados en casa y a valorar lo verdaderamente importante. Este año que ya está por terminar, nos brinda la época que siempre anhelamos para compartir con nuestros seres queridos, un hermoso tiempo que nos da la oportunidad de demostrar de qué estamos hechos, de cuál es el verdadero valor de lo que en realidad somos y de lo que habita en nuestro corazón.
Lo que me lleva a pensar en la frase de San Francisco de Asís en su oración por la paz “porque dando es como recibo” y es precisamente lo que quiero resaltar, para este tiempo nos encontramos con muchas personas con ganas de brindarle al mundo momentos bonitos que le regalen sonrisas a quienes más las necesitan, pero también nos encontramos personas que solo esperan que les llegue la ocasión para pedir aguinaldos –casi siempre sin merecerlos–, porque es aquí donde abro mi espacio de cuestionamiento “¿Qué estás dispuesto a brindar en Navidad?”, si eres de las personas que lo da todo sin esperar nada a cambio, solo tengo por decirte que continues sin desfallecer y esperes los regalos del cielo, porque quien brinda sin esperar, Dios lo compensa con bendiciones, pero si eres de esas personas que solo aparece en víspera de Navidad a pedir lo que no se merece sin sembrar, es la oportunidad para reflexionar y pensar en que la vida no es de un momento, la vida no es de creer que todo lo merecemos o hacernos las víctimas porque somos los pobrecitos que no tenemos para comprar cualquier cosa, quien quiere brindar de su ser, lo hace sin necesidad de lo material.
No hay nada más bonito que recibir en esta época un buen detalle de corazón porque sembraste, porque te lo ganaste con buena actitud, con disposición, con un aquí estoy para lo que necesites, con un abrazo, con un mejórate pronto, con un Dios te cuide y te proteja, esas son las verdaderas obras que se premian, no está bien aparecer de la nada muchas veces hasta con exigencias a forzar a los demás a tener detalles porque les tocó, cuando tenemos toda una vida por delante para crear motivos en las personas que nos rodean y así les nazca el deseo de premiar nuestra presencia en sus vidas.
Para que exista un sano equilibrio entre el dar y recibir, debemos entender que merecemos lo que nos ganamos a pulso, con trabajo, cariño y buenas acciones, las bendiciones no llegan por casualidad, son el resultado de tus buenas obras, por eso invito en estos momentos a que si eres de los que pide, pide y pide, analices si lo que estás pidiendo a conciencia lo mereces y qué tanto has trabajado para que el mundo te compense.
En este caso es momento de dar más que de recibir, brinda amor, paz, respeto, admiración y todo lo bonito que le nazca a tu corazón aportarle a los demas, creo que no se alcanzan a imaginar lo que esas demostraciones de cariño cuanto bien le hacen al mundo y cuanto las necesita, cuando eso pase verán todo con otros ojos y ese será el primer paso para iniciar a vivir una vida en gratitud y en abundancia.
Recuerden que de la abundancia de nuestro corazón habla la boca, y eso nos permite mostrar nuestros verdaderos sentimientos y buenas intenciones, debemos entregar lo mejor de nosotros para que todo comience a fluir, con mucho más amor al prójimo van mejorando la concepción del mundo que pide a gritos una pandemia de amor y cariño, que nos abrace, nos fortalezca, nos ayude a crear conciencia y a salir de la penumbra siendo resilientes.
No esperes que los demás actúen por ti brindándote beneficios siempre, actúa tú y actúa ya para que las cosas pasen, no dejes que se acabe el año sin brindarle la pureza de tu ser a esas personas bonitas que Dios te ha puesto en el camino, valóralas y demuéstrales cuánto las quieres, brinda amor y cariño a manos llenas para que así mismo sea retribuido, recuerda que estamos pasando por un momento neurálgico en el que hoy estamos y mañana puede que ya no, entonces hoy es el momento propicio de demostrar nuestros sentimientos y dejarnos abrazar por la magia que nos regala esta época decembrina. Desde la gratitud de mi corazón deseo a todos los guajiros un fin de año lleno de paz, amor, salud y bendiciones.