En el año 1992 creamos en Bogotá La Fundación de Artistas Vallenatos, Fundava, cuya primera sede fue en el barrio Gustavo Restrepo y allí con un grupo importante de músicos iniciamos la difícil tarea de agremiarnos y de realizar bazares por muchos barrios, especialmente aquellos donde había más colonia costeña, que en esa época eran en su mayoría del sur de la ciudad. Luego del triste asesinato de Rafael Orozco, se nos ocurrió crear un Festival Vallenato en la capital del país que llevara su nombre y así lo hicimos durante cuatro años consecutivos.
En 1995 nace la primera versión de Rock al Parque y partir de ese momento los demás eventos musicales como Jazz al Parque, Hip Hop al Parque, Salsa al Parque, Colombia al Parque, Joropo al Parque y por parte de nuestra agremiación iniciamos el lobby desde 1996 en el Concejo de Bogotá, primero con el concejal Francisco Rojas Birry y luego con Fabio Macea Acuña y Carlos Ossa Escobar (q.e.p.d.), para que se incluyera entre los eventos al Parque, el del Vallenato.
Ese proyecto de acuerdo lo volvimos a intentar con el concejal Dimas Rincón Parra (q.e.p.d.), y en épocas más recientes con Antonio Sanguino Páez. En los anales del Concejo de Bogotá deben reposar muchos proyectos del Festival Vallenato en la capital, todos archivados por falta de apoyo gubernamental y concretamente por falta del aval fiscal de la Secretaría de Hacienda Distrital.
En las incontables reuniones que tuvimos con la gente de la Secretaría de Cultura de Bogotá y de Idartes, el argumento que siempre sacaban a relucir era que el vallenato tenía tanta popularidad en Bogotá, que veían necesario promoverlo mediante un evento al parque.
A mediados del 2022 el exsenador Antonio Sanguino y varios concejales amigos, entre otros Julián Espinosa, Rolando González y Armando Gutiérrez me consultaron y me contaron en la tarea que andaban, me alegró, les orienté, pero la verdad ya le había perdido la fe al proyecto y también ya había decidido regresar a mi tierra.
En varias columnas de este medio he manifestado mi inconformidad por la falta que hacía en Bogotá de un evento de esta magnitud, con apoyo estatal y con ingreso gratuito, pero gracias a Dios y a la persistencia de muchos líderes y políticos de la capital, hoy es una realidad y como dice el adagio: “Mas vale tarde que nunca.”
No pude asistir a esta primera versión de Vallenato al Parque, sin embargo, le hice todo un seguimiento a las transmisiones y sé que este evento se constituyó en un rotundo éxito, esta primera versión es uno de los más grandes logros, luego de ser el vallenato declarado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Pero ello no es óbice para también pensar en que a ese evento hay que darle un viraje y que no sea un paquete más de conciertos de artistas vallenatos como los que realizan los alcaldes en los festivales y fiestas patronales de los municipios de la costa. Ese no es el Vallenato al Parque que nosotros nos imaginábamos.
Colofón: Estamos convencidos que los millonarios recursos que la administración distrital de Bogotá apropia para Vallenato al Parque se pueden aprovechar mejor, para bien de la promoción, difusión y especialmente protección y salvaguardia del patrimonio cultural que se encuentra reconocido, tanto en el PES, como en la Unesco y apalancar estudios, seminarios, producción y edición de libros, grabaciones e incluso escuelas y academias.