La medida del presidente Duque, de regularizar a más de un millón de venezolanos que se encuentran en Colombia, es trascendental por lo que implica para los derechos humanos de los inmigrantes quienes salen despavoridos de una dictadura cada día más salvaje, autoritaria y violenta.
El presidente de Colombia, asumiendo riesgos de popularidad, tomó el toro por los cuernos y por primera vez mostró una visión clara al asumir un tema que se estaba volviendo insostenible, algo que marca un derrotero para muchos países del mundo, en especial de Latinoamérica donde los venezolanos son humillados y deportados como recientemente hicieron en Chile.
La inmigración es un problema global y se ha convertido en una verdadera papa caliente para muchos gobiernos, regularizar venezolanos es un gesto humanitario de un presidente que inspiró muchas esperanzas, por ser joven se pensó que podía transformar viejas prácticas, pero al poco tiempo decepcionó y se ha caracterizado por lo contrario, nepotismo, mermelada, poco carácter para gobernar con un discurso derechizado al extremo y muchos lunares en temas de libertades, minorías y paz; por eso es tan importante resaltar que se haya atrevido a dejar las ataduras ideológicas, aunque muchos en su partido, Centro Democrático, no les parezca.
Solo quien ha migrado sabe lo que es ser sometido a toda clase de maltratos por parte de las autoridades extranjeras, por no contar con papeles para establecerse en algún país, por eso es tan importante respaldarlo, la mayoría de los colombianos desaprueba la medida por actitudes racistas, egoístas y algo de desinformación; muchos creen, infundadamente que los venezolanos les van a quitar las pocas oportunidades que tienen en empleo, salud y educación, sin pensar que las migraciones hacen parte del contexto histórico mundial y han aportado al desarrollo de naciones que se creían nacionalistas e infranqueables, por sólo citar un ejemplo: EE.UU, donde la fuerza migrante le ha dado un nuevo impulso al país, hasta convertirlo en una de las economías más fuertes del mundo.
Regularizar es recibir nuevos impuestos, generar oportunidades de trabajo, frenar el delito y, algo muy importante en este tiempo, contener la pandemia ya que los migrantes ilegales no se saben dónde están y si están enfermos o no, lo que los convierte en transmisores del virus, si están regularizados se pueden vacunar y gestionar programas que beneficien a todos para hacerlos más productivos.
A los pocos segundos de haber pronunciado el presidente su discurso, las redes sociales se encendieron y demostraron una vez más que el racismo no es de países desarrollados, no es una escuela que dejó Hitler, el racismo hace parte del ser humano y pone en evidencia personas insolidarias y con complejos de superioridad que no entienden el valor del altruismo, ni comprenden que todos en este mundo somos iguales ante Dios y ante la muerte.
Además, son decisiones que permiten recibir recursos de organizaciones multilaterales como la ONU y Acnur para lograr los procesos transformadores que también terminan impactando a la sociedad colombiana.
Respaldo total al presidente Duque con esta medida, elogiada por medios internacionales, hasta un editorial del periódico El País, el más importante de Hispanoamérica, en el que se valora su arrojo, lo puso como ejemplo para España, donde no han podido con los migrantes y lo comparó con decisiones del talante de Ángela Merkel con los inmigrantes sirios, eso es liderazgo presidente Duque, así de gobierna, sin tanto cálculo político y con más humanidad e inteligencia, ojalá esta decisión le sirva para comprender que un presidente no gobierna para las encuestas ni para los aplausos, gobierna para el bienestar de la gente.
De Nuevo felicitaciones por dejar a Colombia como ejemplo en el concierto internacional.