Como decimos coloquialmente en La Guajira, por fin parió Paula y el gobernador Nemesio Roys Garzón sirvió de partero. Desde que el villanuevero Jorge Juan Bendeck Olivella se desempeñó como ministro de Transporte (1992 – 1994), no se le había vuelto a poner la mano a la red vial de nuestro Departamento. Él intervino la vía desde La Jagua del Pilar hasta Riohacha y de paso construyó los ramales de La Jagua, Urumita, El Molino, Cotoprix y las variantes de Villanueva, San Juan del Cesar y Monguí. El abandono de esta carretera, convertida en trocha, es la que une a La Guajira con el Cesar.
Tuvimos que esperar casi 30 años, tres décadas, para que por fin, se anuncie por parte del gobernador la rehabilitación y repavimentación del tramo (33 kilómetros) que va desde La Florida hasta Cuestecita.
Este proyecto fue presentado por el gobernador Roys a consideración del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (Ocad) regional y aprobado por este recientemente y al mismo se le asignaron $83.707´459.538, no sin antes formularlo, estructurarlo y obtener su viabilización por parte del Ministerio de Transporte. El gobernador tuvo que financiar este proyecto con recursos propios del Departamento, de los que le corresponden a La Guajira en la distribución entre los 8 departamentos de la región Caribe de la Asignación para el desarrollo regional del Sistema General de Regalías (SGR), creado mediante el Acto legislativo 05 de 2019 y reglamentado mediante la Ley 2056 de 2020.
Hago esta aclaración para referirme a un aspecto primordial que no puede pasar por desapercibido. Hay una diferencia en el tratamiento entre el tramo carreteable Riohacha–Cuestecita y el de Cuestecitas–Valledupar; mientras el primero es considerado como vía secundaria, a cargo del Departamento, el segundo es nacional a cargo del Invías, dependencia del Ministerio del Transporte, de acuerdo con la Ley 105 de 1993.
Ello no fue óbice para que el expresidente Álvaro Uribe, en el marco de uno de sus acostumbrados consejos comunitarios, que tuvo lugar el 2 de febrero de 2010, ante el clamor ciudadano, ordenara a su ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, intervenir, rehabilitar y ampliar la banca de la carretera Riohacha–La Florida de 7 a 10 metros, con cargo a recursos de la Nación. Y no era para menos, el índice de accidentalidad en este trayecto era altísimo y había cobrado muchas vidas y otras, como el caso de mi esposa Nydia, se salvaron milagrosamente. En efecto, se dispuso que el concesionario de la Troncal del Caribe, que une a Santa Marta con Paraguachón, fuera el ejecutor de este proyecto, gracias a ello se ganó en transitabilidad segura en dicha vía.
En cuanto al trecho estrecho de la carretera La Florida–Cuestecitas, tenemos que decir que su abandono ha sido inveterado. Se pudieron ahorrar muchos accidentes y muchas vidas de haberse ejecutado el proyecto de su rehabilitación, que ahora se emprende, si no se hubieran desviado, sin explicación valedera alguna, los recursos ($89.000 millones) que le fueron asignados en el año 2018, los cuales terminaron atomizados en pequeños proyectos de vías terciarias de mucho menor impacto departamental.
Sea esta la oportunidad para hacerle un llamado al señor gobernador para que retome e impulse el proyecto de la vía de la integración marginal de la Sierra Nevada de Santa Marta que unirá a La Florida con Distracción. Este proyecto cuenta con estudios y diseños en fase 3 y es factible su financiación y ejecución bajo la modalidad de Alianza público-privada de iniciativa particular.