Por Wilson Ruiz Orejuela
Sin lugar a dudas, la mejor estrategia para reducir la inequidad en un país es facilitando el acceso a la educación de todos sus habitantes. Que a través de la profesionalización se generen oportunidades para personas de escasos recursos que encuentran allí un medio para ingresar al mundo laboral y mejorar las condiciones de vida.
Visto desde esa perspectiva, el programa ‘Ser Pilo Paga’ es un excelente proyecto que permite a ciertos estudiantes, que se destacaron en las pruebas Saber 11, acceder a becas para condonar los créditos educativos si terminan de manera satisfactoria sus carreras, escogiendo la facultad y la universidad que deseen entre las acreditadas como de alta calidad, la mayoría de ellas ubicadas en Bogotá.
Que alumnos de estratos bajos, que no tienen la expectativa de realizar estudios superiores, puedan ingresar a las universidades élites del país, donde el costo de un semestre podría alcanzar los $25.000.000, en principio es una muestra de acceso y equidad en formación profesional. Sin embargo ahondando en el tema y viendo la realidad de lo que está pasando con el programa, se comprueban serias falencias del mismo que perjudican la estabilidad de las instituciones públicas.
Para el año 2018 estarán vinculados a ‘Ser Pilo Paga’40.000 estudiantes, con una inversión cercana al billón de pesos, pero si la tendencia es que los estudiantes en su mayoría escogen como su centro educativo universidades privadas, donde serán dirigidos los dineros debilitando el presupuesto de la ya desfinanciada educación pública.
El presidente de la República anunció en las últimas horas la cuarta convocatoria de ‘Ser Pilo Paga’ y con ello algunos cambios para buscar mayor participación de las instituciones oficiales, sin embargo la balanza aún no está equilibrada puesto que de las 47 universidades acreditadas, solo 15 son gubernamentales. Igualmente los esfuerzos deben encaminarse a perfeccionar la educación estatal, para que puedan lograr una calificación de alta calidad.
De esta manera el sector privado se está llevando no solo los recursos, también los mejores estudiantes de estratos 1, 2 y 3, que por su excelencia académica podrían fortalecer la formación pública, llamada a dar oportunidades a todos los colombianos. Con ‘Ser Pilo Paga’ resultan beneficiados solo 10.000 estudiantes al año y, ¿qué pasa con la instrucción de quienes no pueden acceder al proyecto y tampoco tienen los medios económicos para pagar una universidad?
Otro inconveniente se presenta con el incumplimiento en la entrega de los subsidios por parte del Gobierno, ya que existe el temor que esa situación genere deserciones y la amenaza que el discente tenga al final una cuantiosa deuda con la universidad, pues la condonación de los créditos depende del rendimiento académico.
Convertir el programa ‘Ser Pilo Paga’ en política de Estado es buena idea siempre y cuando se hagan los ajustes requeridos para fortalecer las instituciones públicas y acompañarlo de otras iniciativas que faciliten el acceso de los demás alumnos que no pueden obtener esos beneficios.
Hay que reconocer la voluntad del Gobierno para introducir mejoras con las modificaciones hechas en la cuarta convocatoria, sin embargo en un tema tan sensible y de vital importancia para el desarrollo como es la educación, se hacen necesarios mayores esfuerzos para optimizar la calidad académica.