“Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, dános hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén”. (Que así sea).
La oración es abrir el alma a Dios de forma sincera, sensible y afectuosa. El más grande poder del ser humano es la oración, orar es hablar y comprometerse con Dios. El Padre Nuestro es la oración que más le gusta a Dios porque la enseñó Jesucristo dedicada a la humanidad en los propósitos de Dios en el cielo y a favor del ser humano en la tierra.
En muchos momentos de la vida y en diversas circunstancias nos acercamos a Dios con la esperanza de ser escuchados y de encontrar en Él la respuesta a nuestras inquietudes y Él nos permite vivir para nuestro bien por nuestra condición de ser humano, todos en algún momento de nuestra vida hemos cometido errores, hemos experimentado ataduras que de alguna forma nos han impedido caminar con libertad a veces con emergencias económicas y con la aparición de esta peste maligna (la pandemia) que hace dos años nos ha trastornado la vida.
Hágase Señor tu voluntad, cuídanos para bien de la salud de todos, ayúdanos en la reactivación económica, dándonos el pan de cada día y en los pasos de la vida con dificultades, enfermedades que llenan de angustia y tristeza a la humanidad. Que el Padre Nuestro no nos deje caer en tentación y nos libre del mal, que nos limpie el camino de una vida digna, de seguridad en sentir que estamos contigo, que tu eres la salvación del peligro y que somos tus amigos de ayer hoy y de siempre. Señor para que sea nuestra existencia divina y nos ayudes a apartarnos de las cosas que no son de Dios. Dice la Biblia, Jesús es el camino al Padre Nuestro cuando dice en su palabra: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mi”.
Para que nuestras oraciones sean escuchadas deben ir dirigidas a Dios por medio de Jesucristo, lo que pidamos siempre que sea conforme a su voluntad. Dios nos oye, Él desea que le contemos nuestras preocupaciones, yo pienso que orar a Dios es como hablar sinceramente con un amigo íntimo, expresar con toda confianza lo que sentimos, le rogamos que nos guíe para tomar buenas decisiones y que nos dé fuerzas para aguantar las dificultades.
En la oración del Padre Nuestro está la actividad positiva, hay que ponerla en práctica todos los días con capacidad para desarrollar control sobre las emociones y aprender a dirigir ese talento creativo para tu propio bien.
El Padre Nuestro hay que ponerlo todos los días en tus manos para que cuide de todos nosotros, y de la familia de la humanidad y nos libre del mal y que donde vayamos nos proteja y donde estemos seamos instrumentos de paz, si deseamos esto hay que darle Gracias y dedicarle más tiempo a Dios y que haga su voluntad para bien de la humanidad.