Se acaba el año 2021 y con él la mitad del periodo de los gobiernos municipales y departamental, pero frente a la ciudadanía en general no hay avances que destacar y seguimos en la misma precaria situación social y económica que tanto agobia a las comunidades de La Guajira. Más allá de la terminación de algún proyecto atrasado de administraciones anteriores, sólo se han escuchado algunos anuncios de iniciativas y obras hacia el futuro, algunas de ellas muy cuestionados por algunos medios de comunicación, pero no se observan hechos o acciones concretas que evidencien mejoras en el entorno, connuevas oportunidadesde ingresos y de desarrollo social, que conduzcan a mejores condiciones de vida de la mayoría de los habitantes de este departamento.
Desafortunadamente nuestros líderes políticos y sociales continúan haciendo más de lo mismo. Y claro, de esa forma el resultado lógico es que seguiremos en la misma inaceptable situación, con un territorio rico en recursos naturales pero rezagado del desarrollo, generándose más pobreza, más desigualdad y menores oportunidades de vida saludable para los niños indígenas y para la sociedad en general.
El último mes del año fue muy intenso en reuniones y contactos privados de los lideres de movimientos y partidos políticos, para revisar estrategias y tácticas electoreras, cantidades de votos posibles y recursos económicos disponibles de los diferentes aspirantes, con el único propósito de conciliar cifras y lograr los acuerdos necesarios para conformar las listas de aspirantes al Congreso de la República. El resultado de ese accionar político es seis listas inscritas por la circunscripción territorial para la Cámara de Representantes, de las que deben salir elegidas sólo dos, y dos listas inscritas para la circunscripción transitoria especial de paz. Por otro lado, diez aspirantes oriundos de La Guajira se inscribieron en diferentes listas nacionales para el Senado, algunos de ellos con buen perfil y con posibilidades de salir elegidos. Varios candidatos al Senado de otras regiones, algunos ya conocidos en el territorio, confían en obtener votos que apoyen sus aspiraciones.
Esta proliferación de aspirantes nos indica que hay alto interés en participar en la vida política de La Guajira. Lo contradictorio y preocupante es que hasta ahora, salvo alguna excepción, ninguno ha manifestado cuales son las motivaciones o propósitos de su aspiración; es decir, no han dado a conocer a la ciudadanía votante sus planes de trabajo, coherentes con las necesidades, que realizarían por el bien de La Guajira.
Cada uno de los aspirantes al Congreso debe hacer de público conocimiento, especialmente de toda la ciudadanía Guajira, sus compromisos si es elegido. Cumplir esos compromisos es un imperativo moral, pues de lo contrario los espíritus ancestrales y las futuras generaciones no les perdonarán más incumplimientos con este territorio. Lo mínimo que se espera de ellos es que contribuyan de manera visible y concreta a lograr el bien común o el bienestar de la mayoría de la sociedad.
El escenario está servido. El territorio de La Guajira es privilegiado y sólo se necesita un fuerte liderazgo y una efectiva gestión para impulsar suenorme potencial de desarrollo. La ciudadanía votante tiene la potestad de contribuir a ese propósito votando bien, escogiendo el candidato con las más coherentes y factibles propuestas.
El próximo año será intenso en campañas políticas y con varias votaciones, que incluyen las consultas internas de las coaliciones, las elecciones de congresistas y por supuesto las probables dos vueltas para elegir presidente de la república. Confiemos que todo se desarrollará en un ambiente de entendimiento y de paz entre todos los colombianos. Por lo pronto les deseo a todos nuestros lectores buena salud y prosperidad en el nuevo año.