Escribir hoy sobre política, es casi que una actividad de alto riesgo. Solo es que se pronuncie alguien en un sentido u otro, para que quienes no compartan esa postura, le caigan en gavilla al osado que se atrevió a expresar su pensamiento.
Consciente, como lo soy, que me lloverán rayos y centellas, me atrevo a dejar mi humilde opinión sobre mi simpatía con Fico Gutiérrez, candidato presidencial y quien desde ya se perfila como el más fuerte candidato de la derecha, capaz de enfrentar a esa izquierda gritona y llena de optimismo, esa que pregona un triunfo que ya dan como seguro. Lo que muchos parecen desconocer, es que nada es tan incierto como la política, que toca contar todos los votos para, entonces sí, cantar victoria. Los cementerios de la política están atestados de candidatos que se creyeron ganadores antes del día definitivo, que llenaron plazas por todos los rincones de la patria, que se creían y parecían invencibles.
Sin ir muy lejos, Horacio Serpa siempre lideraba las encuestas, hasta faltando unos días para el día de la elección, incluso, llegó a sacar más votos que Andrés Pastrana en la primera vuelta, pero ya en la segunda, todos sabemos cuál fue el resultado final.
Alguien dijo alguna vez que hay unos que hacen bulla y no salen a votar, otros son silenciosos, pero salen juiciosos a votar. Nos quieren hacer creer que ya no hay nada que hacer, que ya ellos ganaron, que si no ganan es porque les robaron en la Registraduría.
Es un exceso de optimismo que entraña muchos riesgos, porque cuando la gente se come el cuento de que ganarán sí o sí, difícilmente aceptarán un veredicto contrario a su creencia prefabricada y eso podría desembocar en la excusa perfecta para quienes no pierden oportunidad alguna para sembrar el caos, el terror y la incertidumbre.
De hecho, no faltan quienes desde ya insinúan que si los resultados no se dan como ellos creen, se tomarán las calles e intentarán, una vez más, incendiar a toda Colombia. Los petristas se contaron el domin-go 13, todos votaron en un mismo sentido, mientras los derechistas y quienes no desean experimentar, como ha pasado en otros países, votamos ese día de manera dispersa. Dicho de otra manera: Petro tocó techo, Fico apenas empieza a subir y no se sabe si parará de hacerlo. Y es que desde el día de las consultas, no han cesado los insultos y la diatribas en contra de Fico, lo que, obviamente, muestra la preocupación de la gente de Petro, que ya tienen claro con quién es la pelea.
La experiencia nos dice que son más efectivas las campañas que suben lentamente, que las que suben como la espuma y luego no se sostienen en la cima. ¡Amanecerá y veremos!