Está semana hice un recorrido por el río Po, el más importante de Italia, se extiende desde los Alpes, en el noroeste, hasta el Mar Adriático en la costa este y cruza gran parte del país, fui con los ambientalistas Sandro Bini y Paolo Pachielli, a constatar de primera mano la problemática del río, como lo hice muchas veces en el río Guatapurí en La Sierra Nevada y en Valledupar para hacer el libro del río Guatapurí, Caudal de sueños.
El Po hoy por los efectos de la sequía que atraviesa el país y en el pasado verano, declaró el estado de emergencia para las zonas que rodean al río debido al caudal, el nivel de agua es tan bajo que ha sido necesario crear unas barreras de arena con el fin de recoger el agua restante para que las bombas de drenaje puedan utilizarla en el riego de los cultivos. Este río representa más de un tercio de la producción agrícola del país en 30.000 km2 a la redonda, la mayor superficie cultivada de Italia.
Por la zona de Regio Emilia caminé varios kilómetros, conociendo la grandeza del río que en el pasado era el motor del comercio italiano, con grandes embarcaciones y también para hacer turismo; pero que hoy está muy afectado por el cambio climático que cada día nos toca más y no queremos entender la magnitud del problema.
Desde el pasado mes de noviembre, la cantidad de precipitaciones en la zona ha disminuido a la mitad, al igual que la cantidad de nieve, un 70%. En algunos puntos del río pude constatar cómo se ha reducido hasta en un 80% respecto a la media histórica, es literariamente una playa con todo lo que esto implica en afectación para las especies que lo habitan, una tragedia ambiental.
Esto ha impedido que se llenen los lagos, crucial para mantener el caudal. Las consecuencias también se han percibido en lo que respecta al agua potable, se han impuesto restricciones al agua en más de 100 municipios de la región de Emilia Romaña y Lombardía.
En Italia se ha registrado un 40%-50% menos de agua de lluvia este año respecto a los promedios de los últimos años, lo que genera una gran alarma y envía un mensaje a los gobiernos para que actúen de inmediato porque el problema es serio. Los termómetros han marcado récords de altas temperaturas en diversas localidades en los primeros días del verano qué pasó y lo han constituido como uno de los más calurosos de la historia.
Lo que está pasando en el Po debe ponernos a pensar en los departamentos del César, La Guajira y Magdalena porque todo está interconectado y cada proceso de afectación es una experiencia para tomar medidas. Cada paso que daba recordaba lo importante que es nuestra gran Sierra Nevada de Santa Marta y las razones para cuidarla, la biodiversidad que alberga, además de ser una fábrica de agua permanente que genera lluvias constantes y de donde descienden 35 ríos importantes que suministran agua a nuestra región para crear vida.