Por Hernán Baquero Bracho
Riohacha, la capital del Departamento de La guajira, ha sido dilapidada por años, ha sido saqueada por décadas y sus mandatarios en la mayoría de los casos no han tenido la grandeza de convertirla en una ciudad señorial. De aquella ciudad pujante que en la década de los veinte y de los treinta del siglo XX no quedan si no los recuerdos, como fantasma del olvido, lo reafirman muchas de sus grandes construcciones republicanas que se están cayendo a pedazos. De tener un banco prestigioso -el Dugand Gnecco- en lo que hoy es el Hotel Padilla, de tener consulados de todas las Antillas del Caribe, donde su puerto se convirtió en lugar obligado del comercio y del turismo, de ser uno de los centros exportadores de perlas, de tener gente progresista y de sueños que convertían en realidad y sobre todo de gente riohachera que tenía sentido de pertenencia, de patria, el trabajo laborioso, la ética y la moral la cultivaban con esmero, de eso casi ya nada queda.
Hoy Riohacha Distrito Turístico y Cultural, es una ciudad que ha crecido como el vaivén de la olas, en ella no ha existido una verdadera planificación urbana, su acueducto y alcantarillado se han convertido en el caballito de batalla de los políticos de turno para hacer promesas que en la mayoría de los casos nunca se cumplieron y en otras se dilapidaron los recursos que llegaron. La pobreza arrecia más y el turismo que debería ser su fortaleza para su desarrollo, por supuesto como una de las entradas percápitas de su -PIB- municipal, no se ha tenido la sindéresis y una buena visión para jalonar recursos vía nacional e internacional y convertir a Riohacha en una industria sin chimenea, tampoco se ha hecho.
Por todo lo anterior, es que me he atrevido a presentar una serie de propuestas para el desarrollo de Riohacha, como capital del departamento. En primera instancia hay que erradicar la pobreza y disminuir los altos índices de desnutrición específicamente en la población wayuú. Para ello hay que establecer unos puntos de provisiones por debajo del 50% del precio de venta actual, acción que debe emprender el Gobierno Departamental y Municipal. La gente de Riohacha de las comunas de los estratos 1 y 2 padece infinidad de necesidades tanto del –NBI- como de las más apremiantes como lo es la canasta familiar.
La salud en el departamento y el municipio ha mejorado a medias, gracias a la política nacional, específicamente a la gestión de la –ESE- Hospital Nuestra Señora de Los Remedios, hoy elevado a hospital de alta complejidad. Pero sigue adoleciendo de debilidades. Se debe obligar a las –ARS- que cumplan de acuerdo a lo estipulado en la Ley de invertir el 3% en prevención y promoción de la salud en todos sus menesteres. No es posible que ese 3% no se invierta para lo que por mandato de Ley se estipula.
El servicio de energía, además de los más costosos del país- y eso que nosotros generamos la energía – es de los más pésimo de los colombianos- los racionamientos continúan de manera continua y en ello Electricaribe no ha mejorado. Riohacha no resiste más atropellos por parte de esta empresa española. Se necesita con urgencia una legislación especial para el departamento de La Guajira porque no merecemos ser cola de la nación, si somos cabeza de león.
El tema del turismo, ese si revista importancia. Riohacha, la clase dirigente, la gremial, la academia, la cultura y las artes, el riohachero del común deben convencerse así como convencer al Gobierno nacional que la ciudad capital debe convertirse en una ciudad fuerte en turismo. De ahí depende en gran parte su desarrollo y su posicionamiento como una ciudad a la vanguardia en el concierto nacional. Analizadas las falencias anteriores, aprovechando las oportunidades, debemos todos unidos convertir a Riohacha en una ciudad pujante, de primer orden a nivel país y a nivel suramericano. Mis propuestas son muy concretas en este ramo. Convertir al Paseo de la Marina o Camellón de la Primera en centro internacional de primer orden. Se ha avanzado mucho en ese aspecto pero falta todavía. Convertirla además en una sola vía vehicular de sur a norte o de norte a sur así como eliminar el parqueadero a ambos lados.
Convertir el muelle de Riohacha en un Muelle turístico no solo nacional sino internacional como en el pasado, alargándolo, modernizándolo y una vez terminado, volver el departamento y la ciudad capital a retomar los lazos de hermandad, de intercambio comercial, cultural como de turismo con todas las Antillas del Caribe, tal como ocurrió en la década de los 20 y de los 30. En el sitio cerca al rito, ampliar el puente que goza de un paisaje natural de primer orden y darle a este sitio una primacía con los centros hoteleros que funcionan en Riohacha.
En la salida a Maicao, adquirir un terreno de 10 hectáreas y construir allí el mejor parque natural wayuú. En este parque se mostraría toda la cultura de la etnia de nuestra raza en todo su esplendor. Centros Artesanales, sus rancherías, sus juegos, sus bailes de la Yonna, su modus vivendis y el esplendor de su gastronomía que mostraría el etnoturismo y el ecoturismo de una manera ejemplar.
En el sitio conocido como `Cuatro Vías´, ahí se debe levantar un cruce de puentes elevados en el sentido de la vía a Santa Marta y del Aeropuerto Almirante Padilla. Esta obra de ingeniería le daría a Riohacha un aire de ciudad moderna y de sentido arquitectónico, además de la seguridad vial por el sistema de transporte pesado que fluye permanentemente por el área señalada y visionar una circunvalar para Riohacha que la enmarque dentro de las nuevas infraestructuras que el país está construyendo a nivel nacional. Entre todos, podemos visionar a la Riohacha que todos queremos. ¿Cómo es posible que Riohacha adolezca de entrada y salida de doble calzada?