Por Rafael Humberto Frías
Para alcanzar la Alcaldía de tu pueblo en La Guajira en el 2019, se necesita no tener conocimiento, ni experiencia, ni talento para administrar a tu municipio. La experiencia indica que el pueblo anda buscando una persona servicial y realmente útil a sus intereses, así no sepa administrar. Cuando ven una persona preparada y con experticia en la cosa pública y que puede hacer algo por su pueblo lo desestiman y se van detrás de quien tiene el dinero en los bolsillos, así no tenga nada en la cabeza. Esta es la gran realidad de Macondo, ese estado del alma que paradójicamente describiera Gabo en su obra inmortal y que viene haciendo carrera y de postgrado en nuestra península. Donde parece inverosímil, pero cierto, que hoy cuando se tiene gente muy bien preparada y formada en las más acreditadas universidades del país y el exterior, el pueblo prefiere quedarse con los empíricos y los inexpertos, en vez de apostarle a quien puede presentarle un proyecto novedoso y competitivo del municipio donde vivimos. Esto se volvió como el cuento del gallo capón, donde muchos de los que llegan a los palacios municipales, cacaraquean y cacaraquean el anhelado y esquivo desarrollo, y se quedan sólo en anuncios y vaticinios incumplidos, porque nuestros municipios no despegan competitivamente y resulta peor el remedio que la enfermedad. Por eso, hoy queremos hacer un llamado a la sensatez, para que, todos aquellos que quieran dirigir los destinos de su pueblo, revisen su currículo vitae, sus méritos, su experiencia, sus logros y su visión de municipio, para que evalúen si de pronto están en el lugar equivocado. Mirar si verdaderamente se autoreconocen como una alternativa de solución a los escenarios problemas que presenta el pueblo donde tienes enterrado tu ombligo y tus difuntos. Autoevaluarse hasta concluir si conoces o no, el Palacio Municipal de tu pueblo o nunca has entrado a él, ni siquiera a pagar tus obligaciones como contribuyente, y mucho menos, a nutrirte de conocimiento y experiencia ocupando algún cargo público. Reflexionar, si lo que quieres es desfilar por el Palacio para exhibirte en el poder, sin meditar que después te espera la soledad, una inhabilidad, una judicialización o un desprestigio, que empañe tu solvencia moral y la reputación de la familia con la que llegas al mandato. Miren si están obsesionados con llegar al poder, sin tomar en cuenta que este es efímero y pasajero, y que todo puede resultar una falacia, donde entras por la puerta grande y sales por la de atrás. Miren cuál es su proyecto de municipio, píntenlo a blanco y negro y coloréenlo, hagan la maqueta y el estado del arte y compárenlo con la competencia, para saber si su propuesta de gobierno es vana o por el contrario es la más deslumbrante para el presente y el futuro.
Soy de los que pienso que el clientelismo, la farándula y la improvisación le hicieron mucho daño al desarrollo de La Guajira y hay que aprender de las experiencias del pasado porque al futuro de La Península todavía podemos darle forma, y pienso que sí hay capital humano para lograrlo. Se siente pena ajena, cuando se publican los resultados de la evaluación de desempeño municipal y nuestros municipios se rajan por falta de reporte y por falta de ejecución eficiente y eficaz de los recursos públicos. Pero lo que más ruido hace, es la celebración de contratos sin el cumplimiento de requisitos legales, la destinación diferente de recursos o la falta de ejecución presupuestal o de planificación a la hora de contratar. Justamente porque a veces los mandatarios están mal rodeados, y otras veces, son los municipios y los equipos de gobiernos los que están mal dirigidos. Estas son las reglas del juego que deben analizar quienes realmente aspiran servirle a su pueblo y no servirse de su municipio. Recordando que se avecinan los pliegos tipos para contratar en los concursos de méritos y licitaciones públicas y que ya la contratación directa y a dedo no es posible con el Secop 1 y 2, y la publicación de los proyectos de pliegos para las observaciones de los participantes. Es decir, hoy los zapateros deben ir a sus zapatos y el pueblo debe escoger un mandatario que lo ponga a prosperar, como quien dice, cada ficha en su lugar, y si usted no está en el lugar correcto, no se postule, no aspire, no le haga ese daño a su pueblo.