‘La Villanuevera’ era un bus viejo, modelo 52, de propiedad de mi padre Abel Darío Fernández Rodríguez, era el carro del pueblo, lo recuerdan con mucho aprecio, bus de pasajeros y de carga que viajaba de Villanueva a Valledupar. El primer chofer a parte de mi papá fue ‘Juancho’ Raspao, luego Fausto Fernández (q.e.p.d). El bus hacía el recorrido llegaba al cafetal a donde la señora Ángela Felicia Corzo a recoger los ayudantes Juan Enrique y Bernardo Sánchez y a recoger el bastimento que venía de las sierras de Villanueva para venderlo a Valledupar.
Llegaba al mercado tomaban tinto y se comían una arepuela de huevo donde la señora Luisa Bolaño porque el recorrido era largo con paciencia y tendencioso.
‘La Villanuevera’ andaba a paso lento a 20 kilómetros por hora, de ahí no daba más; la tenían controlada por el “veri veri” de las llantas y la carretera destapada y la precaución de mi papá para el cuidado de los pasajeros.
Pasaba por el ramal de Urumita y entraba a La Jagua del Pilar a recoger los pasajeros y los productos que venían de la sierra de El Plan, se echaba 4 horas de Villanueva a Valledupar y con el bailaito del “veri veri” la gente llegaba mojosa del polvo.
‘La Villanuevera’ era un bus de escalera de aire, pero en las llantas. Hace 30 años presentaron una canción inédita en el Festival Vallenato de un viejo enamorado de una jovencita y uno de los versos decía: “cuando el viejito iba a acariciar a la jovencita le caía una tembladera como el veri veri de La Villanuevera de Abel Darío Fernández”.
‘La Villanuevera’ tenía un problema en la dirección que no podía correr mucho porque le daba “veri veri” y cualquier burro corriendo se lo pasaba.
‘La Villanuevera’ en el vidrio de adelante tenía unas anécdotas, consejos que decían: “vale más perder un minuto en la vida que la vida en un minuto”; “la carrera trae cansancio”; “lo viejo guarda lo nuevo”; “pa´ algo sirve lo que no sirve”; “burro viejo pasto biche”; “carro viejo y tembleco”. Lando Baleta decía: “La Villanuevera con veri veri pero con el eje mando bueno y todavía prende por botón de arranque no había para qué empujarla”.
‘La Villanuevera’ tenía unas bancas y espaldares de madera y plásticos duras, en las dos primeras bancas iban las damas la última banca era para los músicos y los borrachos.
El doctor Ferreira el único médico de esa época recomendaba que el que tuviera desgaste en los huesos (artritis), sufriera de mareos o estuviera mal del estómago no podía viajar en ‘La Villanuevera’ por el bailaito del “veri veri”.
De regreso, ‘La Villanuevera’ salía de Valledupar a las 10 de la mañana y llegaba a Villanueva a las 2 de la tarde, los pasajeros llegaban desarmao´s por el bailaito del “veri veri” y empolvados de la tierra por la carretera destapada.
A veces se varaba y los pasajeros tenían paciencia para esperar, no había competencia de carros en esa época.
Mi papá tuvo dos accidentes en ‘La Villanuevera’, uno en la recta de La Jagua a La Paz con un camioncito de ‘Monche’ Roso que se le soltó la dirección y venía en toda la carretera de banda a banda. Mi papá no tuvo más que orillarse y esperar el totazo del otro carro; y en otra ocasión salieron unos burros retozando se le atravesaron y uno de los animales chocó con el carro y le dañó un foco.
Tenía un problema también en la luz, los focos le pestañaban, pero no era por cambio de luz.
El “veri veri” no se notaba a veces en el andar por la carretera destapada, la gente no exigía porque no había competencia, no había otro bus que viajara temprano a Valledupar y la confianza de la gente ‘La Villanuevera’ no corría aunque tenía el bailaito del “veri veri” y era el único humilde viajero de la época.