La pandemia es una epidemia extendida en el mundo, transmitida por el virus Covid-19 que contagia al ser humano, infección respiratoria aguda que ataca los pulmones produciendo una neumonía bacteriana que en su estado terminal no hay remedio que ni el médico chino la cura, ella es de contaminación comunitaria en la vida social.
Esta terrible enfermedad no se puede esconder, ni descuidar porque para matar no tiene que ver con ninguno y se lleva al que sea por delante; ha desnudado la vida y nos tiene entre la espada y la pared, enemigo silencioso invisible que ataca para destruir a las personas. Dos cosas que le interesa a la gente: la vida y la situación económica; la vida es un derecho fundamental que está por encima de los demás derechos, sin la vida los demás derechos no valen nada y la situación económica es de lo que vive la gente que se ha visto frenada por los Estados de Emergencia Sanitaria, socioeconómica y ecológica.
El artículo 215 de la constitución nacional expone que en verdad no se ha podido conjurar la crisis ni impedir la extensión de sus efectos y que a pesar de la vacuna este peligroso flagelo sigue matando gente y se han volteado los papeles en cuanto el derecho a la libertad, donde los pájaros andan sueltos y nosotros enjaulados. La pandemia nos ha mandado a recoger en integración para bien de la familia, vacaciones forzadas para el ambiente que sabe a fiesta; descanso del organismo para bien de la salud y en la economía para bien del bolsillo.
La pandemia ha tocado en la Constitución el artículo 79 que dice: Toda persona tiene derecho a gozar de un ambiente sano y el artículo 95 inciso segundo: Son deberes de las personas y del ciudadano obrar conforme al principio de la solidaridad social respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la salud y la vida de las personas.
El objetivo de la pandemia ha sido cambiar el sistema económico por uno más opresivo esclavizante para atemorizar al mundo “obediencia de rebaño ciego”. Es verdad que el temor, el miedo, la preocupación bajan las defensas y disminuyen el sistema inmunológico dicen los médicos y los psicólogos.
En cuanto a la situación económica el país no anda muy bien, puede ser una bomba de tiempo en lo económico social, la pandemia podría ser el florero de Llorente al seguir así a punto de estallar.
En Colombia hace más de un año se declaró el Estado de Emergencia Sanitaria para bien de la salud y cuidar la vida con protocolos de bioseguridad como un deber del ciudadano por el peligro en el que estamos viviendo; y en la emergencia socioeconómica lo prioritario debe ser la inversión social para evitar el despilfarro en los recursos públicos.
La pandemia le ha “pelao el guineo” y le ha dado duro a lo que le interesa a la gente estar bien de salud para cuidar la vida y la situación económica para poder vivir.