El realismo mágico se toma el callejón de la Purrututú, en Valledupar. La Mirada de Gabo, es un mural que presentó a la comunidad con la fusión de Valle de colores de la artista Yarime Lobo, ambos hacen parte de la convocatoria de la Alcaldía de Valledupar en la que salimos ganadores junto a otros seis muralistas locales.
Se trata de una apuesta por el arte expansivo que ha transformado lugares del mundo con una explosión colorida de artistas exitosos como Diego Rivera en México, quien marcó una época gloriosa por sus obras patrimoniales; el enigmático Banski en Inglaterra, de quien casi nadie sabe nada, pero sí de su trazo, convirtiéndolo en un referente, cada vez que hace algo revoluciona el mundo cultural por los temas críticos que aborda, la última obra la hizo en el muro de una cárcel en Londres y ya es objeto de atención de miles de visitantes.
También está Blu, un artista italiano que se hizo célebre por pintar en lugares prohibidos, lo que lo catapultó a la fama, le cambió la cara a esos distritos artísticos que se convirtieron en motor de desarrollo de la economía local a través del arte, lo que el presidente Duque llama Economía Naranja. Y es exactamente lo que queremos hacer con el barrio Cañaguate, una galería urbana gigante de muralismo y grafitis, que se convierta en la puerta de entrada de los turistas y un instrumento para conocer la historia de Valledupar. Pero también para darle cabida a muchas otras expresiones del arte y convertirlo en un distrito mágico.
El barrio San Miguel en Santiago de Chile, una de las ciudades que basa su transformación apostándole al arte, hay muchos para citar, pero lo meritorio es que en Valledupar ya se dio el primer paso, gracias al alcalde ‘Mello’ Castro, quien entendió el tema del muralismo como un eje transformador de desarrollo y, con la pauta del director de la Casa de la Cultura, Carlos Liñán, pueden dejar una huella histórica, si se atreven a más, más murales, más personajes, más artistas, más color y más trazo, en un distrito que tiene como característica la historia cultural de la ciudad, en El Cañaguate, se gestó parte del folclor vallenato con las parrandas en los patios, muchas composiciones, los carnavales, la gastronomía,la tradición oral, el cine, los personajes locales de la calle y la noche.
Con la intención de lograr mayor impacto con nuestros murales, de los 40 metros que nos correspondían, nos extendimos a 100, gracias a la ayuda de amigos solidarios a los cuales agradecemos ese aporte al crecimiento cultural de Valledupar. La mirada de Gabo es un emblema de nuestro realismo mágico, es esa mirada que nos conduce por aquel Magdalena Grande, lleno de historias y que retrató Gabo en su universo fantástico de Macondo.