Contrario a los intereses y deseos del candidato del PH, y de la izquierda en general, las cifras oficiales que acaba de publicar el Dane confirman que los indicadores del desempeño del comercio, la industria, las comunicaciones, las actividades artísticas y de entretenimiento, y en general el mayor gasto en consumo de los hogares, para solo mencionar los sectores que más contribuyeron, han sido muy satisfactorios, a pesar de la incertidumbre, y nos muestran que la economía colombiana sigue avanzando por la ruta de la reactivación, lo que se refleja en un crecimiento del 8.5% del PIB durante el primer trimestre 2022, superando todas las expectativas de los expertos, aun considerando la contracción experimentada en los sectores agrícola, financiero y de seguros.
Los resultados de los indicadores macroeconómicos son muy positivos para el país y para un gobierno nacional que con frecuencia ha sido injustamente criticado desde la perspectiva electoral. Hay que destacar que este logro, que estuvo acompañado por la reducción gradual del desempleo –sin llegar aun a los niveles de prepandemia–se alcanzó pese al nubarrón de la inflación que sigue debilitando el poder adquisitivo de los colombianos. En efecto, la inflación anual en abril llegó al nivel de 9.23% el más alto registrado en 21 años, a pesar de las medidas monetarias implementadas por el Banco de la República.
En general la definición más clásica que se conoce de inflación o del incremento de precios al consumidor –IPC– es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios más representativos del consumo de los hogares del país. Sin embargo, aunque el concepto de inflación es conocido o familiar para un sector importante de la población, no lo es tanto para muchos colombianos, lo que los lleva a incurrir en errores de interpretación.
Con frecuencia se observan en las redes sociales, y en otros medios y/o espacios de comunicación, especialmente provenientes desde sectores de la izquierda, fuertes críticas en contra del Gobierno nacional por el inusual incremento de la inflación, argumentando que ha sido un gobierno mediocre por no haber sido capaz de controlar el continuo incremento de precios de los bienes y servicios. Los que así actúan reflejan un desconocimiento profundo de la responsabilidad constitucional que tiene el Banco de la República –independiente del gobierno– con respecto del control de la inflación, y por otro lado desconocen las verdaderas causas que originan la inflación creciente actual, algunas de las cuales trascienden nuestras fronteras. Son muchos los países, entre ellos algunos con economías desarrolladas, que registran niveles de inflación más altos que los de Colombia.
La inflación en Colombia ha estado influenciada por factores externos como la crisis logística de la cadena de suministros, el alto valor del dólar y por la guerra de Rusia con Ucrania, de donde provienen el 30% de los fertilizantes, el maíz y la soya (incluyendo a Bielorrusia), que son los principales insumos necesarios para la producción de alimentos, como la carne de cerdo, el pollo y los huevos, entre otros. Igualmente los más de 3.000 bloqueos y los ataques a la infraestructura del país realizados durante 45 días del segundo trimestre del 2021 contribuyeron a nuestro alto nivel de inflación acumulado anual actual.
Los errores de interpretación de la inflación también se dan en la campana del PH, donde dicen que hay que dejar de importar huevos de Alemania y promover la producción total de alimentos en el país, subsidiando los insumos, lo que es deseable pero no es sostenible en el tiempo.