Los resultados más recientes del Índice de Competitividad Departamental, según el informe nacional presentado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, nos muestran que La Guajira en vez de avanzar retrocedió.
Obtuvo un indicador total de 3,82 puntos sobre 10, ubicándose en la posición 26 entre los 32 departamentos del país, cayendo una posición con respecto a los resultados del 2021 y confirmando el deshonroso último puesto en la región Caribe.
Este Índice mide la capacidad de competir de las regiones del país con base en factores de análisis previamente definidos, que nos permiten identificar el estado actual de los diferentes indicadores y capacidades que inciden en el bienestar de la población, con el propósito de definir las acciones requeridas para orientar las políticas públicas enfocadas hacia el mejoramiento de la competitividad y el desarrollo de los departamentos y las regiones, buscando reducir las brechas entre ellas. Una mayor capacidad competitiva es, sin dudas, un requisito esencial para el desarrollo económico del país y de las regiones, lo que facilitará el mejoramiento del nivel de vida de la población.
Los resultados recientes obtenidos obligan a definir y a priorizar con urgencia una agenda de competitividad que permita avanzar en el mejoramiento de esos indicadores. A eso debe apostarle el liderazgo de la dirigencia de La Guajira. No solo el gobierno o poder ejecutivo tiene la responsabilidad de cumplir los retos, también el sector privado, la academia y la sociedad civil son responsables de impulsar las iniciativas que permitan avanzar hacia una economía regional más productiva y sostenible. El mecanismo o espacio institucional para lograrlo ya está definido y no es otro diferente que el de la Comisión Regional de Competitividad e Innovación.
Sería muy interesante conocer el análisis, las conclusiones y la definición de los planes de acción que se realicen al interior de la Comisión existente en La Guajira-que debe ser liderada por el Gobernador, con la secretaria técnica del presidente de la Cámara de Comercio-, con el propósito de evitar que el próximo año nos encontremos en una situación similar de retroceso. Es muy importante esa autoevaluación con el propósito de rectificar el rumbo en el devenir de esta Comisión para orientarla a obtener resultados más positivos para la población. Qué hacer, cómo hacer y cuándo hacerlo, al igual que las posibilidades, son conocidos, lo que hace falta es un liderazgo efectivo, con el compromiso y seguimiento continuo a las iniciativas y proyectos, y en general a la agenda de competitividad e innovación que se haya definido.
Las Comisiones Regionales de Competitividad e Innovación son las instancias encargadas de la coordinación y articulación de las distintas entidades a nivel departamental y subregional, públicas y privadas, que desarrollen actividades dirigidas a fortalecer la competitividad y la innovación en los Departamentos dentro del marco nacional establecido en la ley.
Entre las principales funciones de estas comisiones están las de servir de espacios de diálogo y socialización de propuestas de políticas dirigidas a fomentar la competitividad, liderar la elaboración o actualización de la agenda departamental, promover la articulación de los programas, proyectos e iniciativas con el plan nacional de desarrollo y la agenda nacional de competitividad, realizar el análisis del desempeño del Departamento en los indicadores establecidos, promover la articulación con la oferta de instrumentos del gobierno nacional y las entidades y organizaciones territoriales en materia de competitividad e innovación. De nuevo, solo falta un liderazgo efectivo.