Por Martín López González
La ignorancia es la falta de información. La estupidez es proceder como lo hacen los ignorantes, pero manejando la información. El estúpido consciente es perverso; él más que nadie conoce los datos. No obstante su mala intención lo lleva a proceder como un ignorante. Tal es la situación del historiador y filósofo profesor Jorge Orlando Melo en su libro: ‘Historia mínima de Colombia’ que en su página 119 reza “en Cartagena se enfrentaron, el venezolano Mariano Montilla y el almirante cartagenero Prudencio Padilla”.
Por ser el libro señalado uno de los más vendido en Colombia en el 2018, hacer alarde mentiroso o de desinformación consciente o inconsciente a nivel nacional del lugar de origen del almirante José Prudencio Padilla López, amerita detenerse en el análisis o interpretación de la descomunal embarrada. Su prestigioso autor funge en la actualidad como uno de los más grandes historiadores contemporáneos y en cada una de sus entrevistas recomienda estudiar la historia. Pues, nosotros los riohacheros lo invitamos a él, hacer lo mismo.
¿Es ignorancia, estupidez o perversidad? ¿Desconocía totalmente Melo el origen del prócer guajiro? Si no lo conocía estamos ante la presencia de un desconocedor de una parte importante de la historia pública nacional; es decir, un ignorante. Si lo conocía, sencillamente quiso ocultar unos méritos de La Guajira como zona de sacrificio por residir en ellas unos pueblos y unas culturas que no les importan a las élites políticas nacionales, situación a la que los guajiros no somos ajenos desde hace mucho tiempo. En este caso sería una total estupidez que raya en lo perverso.
Es inconcebible que un ilustre historiador desconozca que el almirante Padilla nació en Riohacha el 19 de marzo de 1784 y fue injustamente fusilado el 2 de octubre de 1828. Fue el primer almirante de la República, dos veces senador de la Gran Colombia, intendente de Cartagena, fundador de la Armada Nacional y, además, fue considerado como el mayor libertador del Caribe. ¿Será que al historiador Jorge Orlando Melo no le cabe en la cabeza que una persona parda alcance tanta grandeza y mucho menos que sea riohachera?
Nuestra historia está plagada de tergiversaciones que trasforman, incluso crímenes de lesa humanidad, en verdades acomodaticias escritas por los cronistas de ayer y de hoy que gratuitamente han rendido pleitesía a lo europeo, haciendo invisible el legado de nuestra realidad aborigen y africana. Situaciones que dan cuenta de errores sistemáticos y recurrentes de nuestra inteligencia colectiva. Es eso tal vez la mayor carga que pesa sobre los que han escrito sobre la realidad, omitiendo verdades inocultables de exclusión y engaños. Espero éste, no sea uno de esos casos.
José Prudencio Padilla López fue marginado injustamente, condenado y fusilado por su identidad racial afro wayuú. La pretensión del legado europeo superior de algunos, es la carga de casi cinco siglos de subestimación en el encuentro de las tres culturas. La más poderosa invasora terminó manejando la educación y el poder. Algunos cronistas de Indias que se referían a los wayuú como salvajes estaban convencidos de su superioridad aduciendo razones de tipo racial. Lo que por lógica es estúpido desde lo científico; moralmente condenable y socialmente injusto.
La estratificación social se apoyó a lo largo de la época colonial en una estúpida y miserable escala racial. No sólo las comunidades africanas y nativas ocupaban los grados inferiores de la jerarquía social, sino además, su movilidad estaba fuertemente limitada. El mestizaje en Riohacha tuvo unas particularidades marcadas por la nación Caribe, de la cual el almirante Padilla es su más fiel representante. Invitamos al Dr. Jorge Orlando Melo a visitar el Parque Padilla y la tumba del almirante en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios en Riohacha para que “mínima” del título del libro no signifique “insignificante”.