La humildad es la sencillez de la persona, uno de los dones más preciados que tiene el ser humano, ser generoso y caritativo es una virtud de la persona; lo contrario de la humildad es la soberbia, creerse más que los demás; nadie es más que otro a imagen y semejanza de Dios, todos nacemos desnudos, el plumaje llega después; la vocación de servicio es el mismo principio de solidaridad de la Constitución Nacional; tanto la humildad como la vocación de servicio están contemplados dentro de los derechos humanos.
La esencia de la vida es servir sin esperar nada a cambio, nuestra sociedad carece de vocación de servicio éticos y morales, hay mucho egoísmo y poca solidaridad; con vocación de servicio logramos mejorar la calidad de vida para todos, bienestar social, dice un adagio: “se siente más satisfacción en dar que en recibir”; hay que buscar el bien propio y el bien de los demás, la hermandad, todos nacimos en el mismo mundo pero hemos aprendido de todo menos a vivir juntos. La humildad, la justicia y la generosidad son valores de convivencia que ayudan a contribuir a la paz, necesitamos de los demás y los demás necesitan de nosotros, cada cual recibe según sus obras, lo que te hace más importante es tu amor por los demás; los favores son prestados dice un adagio, la vocación de servicio no persigue dinero ni fama sino satisfacer y resolver necesidades agobiantes, emergentes, para fortalecer el goce del deber cumplido, quienes se afianzan en servir nunca les falta Dios.
Los que prestan servicios con vocación se comportan atentos trasparentes, ilustrativos, orientadores y afectivos; el favor que hacen lo hacen con el corazón y sin ningún interés, las vocaciones fluyen en la espiritualidad con los pensamientos positivos, transformándolos en servicios humanitarios en procura del bienestar ajeno, dice un proverbio “haz el bien y no mires a quien”; cuando uno contribuye a la felicidad de otra persona ayuda a pensar en los problemas que uno tenga; ser solidario con los demás es ser solidario con uno mismo, en la virtud nunca descuides el don de la sencillez. Hay dos cosas en la vida que nos hacen grandes, la humildad y servirle a los demás, Jesucristo es ejemplo de humildad y vocación de servicios; en la política el hombre público, nuestros dirigentes también deben ser un ejemplo de humildad y vocación de servicios, no solo en campaña con más razón cuando están encaramados en el trono.
La humildad no es humillación ni quita lo valiente; la vocación de servicio es voluntaria y misericordiosa (poner el corazón en la miseria de los más pobres) para que alienten y sirvan de alimento a los necesitados de quien pueden recibir y no pueden dar; hay gente que ha pasado su vida ayudando a los demás; dice la biblia. No niegues un favor a quien lo necesite.
Los líderes políticos que serán nuestros gobernantes deben de gozar de carisma para servir con sencillez y vestirse de humildad y vocación de servicio.