Hay una mujer que tiene algo de Dios, por la inmensidad de su amor esplendoroso y mucho de ángel soñadora, su incansable fe y sabia ternura para servirle a la juventud fonsequera educándolos, mujer, madre, educadora ‘Yiya’,fuiste una maravilla porque cada segundo es un momento nuevo y único que nunca volverá en nosotros, educando fervorosamente.
Todas las madres tienen siempre en su noble corazón ese agradable y dulce olor a mamá, que son las fortalezas de los hogares y familias. Su bella, radiante y excelsas familias sembradas de milagros, amor y esperanza, que en cada ser humano sería dichosa, encontrando un camino de felicidades en su entorno, un libro de sabiduría de poemas y vidas con excelsas virtudes gratificantes en diademas diamantinas, que encontró en el Señor y en su sacrificada santidad moral, la luz que brilló en su vida y en los corazones generosos de sus amigos, parientes, hermanos, familias, hijos, esposo y demás.
Esa la luz divina de nuestro creador padre celestial, dejando en nosotros un legado patrimonial de alegría, tristeza y gozos infinitos. Hoy más que nunca te recordamos con esta oración y solemnidad en honor a ti y a tú santa milagrosa, bendecida de elogios gratificantes, a quien adoran y alaban los coros angelicales, y que me uno con mi familia Peralta Oñate Mendoza, para ofrecerte y consagrarte todos tus méritos y fe espiritual, como protectora, abogada sabia de sus alumnos, especialmente educadora y madre ejemplo.
El gran amor que te entregó Dios en el pedestal de tus amistades entre familias y maestros, son méritos infinitos, merecidos, sembrando muchas fortalezas en tus familias y en tus generoso padres que hoy te hacen compañía silenciosamente. Tus hijos te recuerdan como una madre bondadosa, sencilla, ejemplar,familiarmente primorosa, porque hay un tiempo para todo con su amor infinito, un tiempo para cada esperanza de vida bajo el cielo de los vivos, un tiempo para nacer noblemente y un tiempo para morir dignamente.
Dejaste una cuna de nostalgias e inagotable de gratitudes emocionadas de lágrimas y recuerdos, que fueron suaves como el murmullo de una fuente, grato como los perfumes de las flores y sublime como el amor divino. Esa mujer educadora, personificando el talento de las madres fonsequeras, patrona de luz y fe en el mundo entero.
Fuiste en tu diario vivir primaveral, en tu hogar, áncora de esperanzas con tus palabras consolando en el camino doloroso de este mundo, don precioso como las firmezas de las montañas y veredas que cruzan por el río Ranchería con la frescura de sus aguas para calmar la sed, estrella luminosa que nos guía en el camino de la fraternidad en lazos de hermandad, este humilde y sincero mensaje como alabanza, madre dichosa, de sólo ternura en tu regazo primoroso, más que hermosura, era enseñanza de vida.
Hoy en tu ausencia de cuerpo, el corazón no alcanza a medir el sentido de tus abrazos onerosos, nos unciste al bien con amorosos lazos soñadores y con dulces promesas de la fe en Dios. En alianzas prendiste en nuestro pecho y pensamiento la esperanza firme hasta lo más profundo de infinitos plazos; fuiste por tu modo tan perfecta, buena madre, que te aman siempre en tu blancura angelical, por tu ser de ángel y tu vivir de dulces azucenas y al volver rumbo a tu pueblo, ligera admirable, y fuerte; nos ofreciste la clave de la vida en la mística aurora de la muerte.
A todos aquí presente, en este recinto sagrado ungido de paz, agradecemos su presencia con ‘Yiya’, sus manifestaciones reiterativas de condolencias: gracias a Dios por esta mujer, madre, amiga, educadora, consejera, mediadora y portal de gratitudes, la vida es el recuerdo de la muerte en tu eternidad.Paz y amor, en familia naciste dichosa y moriste soñando lo inmenso que es lo eterno en cada uno de nosotros.
Amen en nuestras vidas. Lilia Mercedes Vergara Medina,mujer madre y educadora y todos los días serás la ‘Yiya’ de los fonsequeros.
Paz eterna en tu alma sacrificada por servirle a la sociedad educando con dignidad humana en esta comunidad, mi‘Yiya’ grande y juguetona con el que el ‘DengueMipe’ dialogaba, siempre contigo en lazos de hermandad, pétalos radiantes de moralidad honesta e impoluta.
Vivirás en nosotros como aquel ‘higuito’, frente a tu bella y digna casa, vivirás entre nosotros en la carretera túnel natural de América. Será entre fonsequeros y guajiros.