El próximo 14 de abril se cumplen 170 años del natalicio de Francisco Moscote Guerra, nacido en el caserío El Tablazo, corregimiento de Galán hacia el sur de Riohacha. Francisco ‘El Hombre’ es el héroe cultural más emblemático de la comarca germinal de la música vallenata, en su honor hoy el segundo más importante festival del género vallenato lleva su nombre.
De igual forma, tres bienes de interés cultural exaltan su nombradía: el mausoleo en el cementerio de Villa Martín donde vivió gran parte de su vida y falleció, la tarima de la plaza Alfonso López donde se han coronado la mayoría de reyes vallenatos y la escultura del maestro ‘Cochise’ Maya en la glorieta o round point de Riohacha. Justo ad portas de este natalicio, están interviniéndose estas dos últimas obras, pues en Valledupar se espera inaugurar en abril la nueva plaza con una tarima Francisco ‘El Hombre’ con nuevo diseño mientras se espera instalar en Riohacha una escultura colosal que remplace la casi “enana” que lució por muchos años la glorieta de la calle 15 y que se reinstalará en su natal Galán.
El nombre de Francisco ha sido tema de polémica, disputas territoriales, celos y hasta de negaciones. Para algunos, se trata de un mito fundado por García Márquez en ‘Cien años de soledad’. Su historia de un posible encuentro con el demonio en vísperas de navidad, es considerado uno de los relatos fundacionales de la música vallenata en su estadio folclórico, le confiere la calidad de símbolo de la juglaría, la piquería y de representar la victoria del bien sobre el mal a través del arte musical y los prodigios de un humano, de allí que su historia es la leyenda musical por excelencia del vallenato (recordemos que la leyenda vallenata, no es musical sino religiosa).
Por mucho tiempo, surgieron algunos relatos paralelos que nos hablaban de tres Franciscos. El primero de ellos, naturalmente, Francisco Moscote. También Ciro Quiróz y Tomás Darío Gutiérrez nos revelan que Pedro Nolasco Martínez, padre de ‘Samuelito’ Martínez, dice haber sostenido un duelo musical con satanás, del que nació su merengue ‘El Maligno’. Aunque Nolasco no se llamaba Francisco, su relato de piquería con el maligno hacen que Quiróz lo mencione como “otro” Francisco.
El libro escrito por ‘Pachito’ Rada Ortiz, trata de postular la tesis que Francisco Moscote nunca existió y que el real ‘Hombre’ es su padre ‘Pacho’ Rada. Narra también un fabulesco episodio de encuentro con el diablo. De allí que esta “tradición inventada” hoy corre como verdad en la zona de Ariguaní donde aseguran que Rada es ‘El Hombre’.
Menos mal que el viejo ‘Pacho’ era más serio que su hijo, porque en 1985 el lingüista e investigador Rito Llerena, entrevista a ‘Pacho’ Rada y le pregunta sobre este episodio. El viejo ‘Pacho’ fue categórico: “Esa es una mentira que se inventó mi hijo ‘Pachito’”. El viejo ‘Pacho’, reconoce que sí tuvo el diálogo musical con un acordeonero al que nunca vio, pero que eso no quería decir que era el maligno ni que él era Francisco ‘El Hombre’.
Ahora viene una disputa más reciente. Como quiera que ya muchas personas me reconocen como “vallenatólogo”, me han llegado versiones. En dos ocasiones, descendientes de ‘Nandito’ Rivero, ‘El Cubano’ que se asentó en Caracolí, me abordaron sosteniendo que el demonio de Francisco tiene nombre y que era ‘Nandito’ que ese día pasaba por esos caminos. No hace mucho, en un conversatorio al que asistí en Fonseca, se me acercó un señor para aseverarme también, que el tal demonio derrotado por Francisco era su bisabuelo Luis Pitre y que su familia estaba segura de eso.
Lo anterior demuestra que no solo el nombre de Francisco se lo han disputado, ahora la identidad del demonio también tiene quien la reclame. En la tradición oral la verdad es relativa así que no hay nada absoluto, puede ser cierto o no. Francisco nunca vio la cara de su retador, así que la intriga sigue para conocer la identidad de quien tuvo con Francisco la piquería más famosa del vallenato. Se busca al diablo porque ya sabemos cuál es el verdadero Francisco.